sábado, 13 de diciembre de 2008

Imposible no kererlos

Soy economista, perdón, bachiller en Economía (pork jalé mi examen de titulación, y presumo k jalaré todos los exámenes de titulación habidos y por haber, pork como ya he repetido varias veces en este blog: para estudiar no he nacido. Y si logré acabar el colegio entre galardones y diplomas y graduarme orgullosamente de una universidad no fue precisamente pork era un asiduo ratoncillo de biblioteka ni un afanoso estudiante (mis únikas amanecidas durante mi époka universitaria fueron las brutales juergas de fines de parciales y finales), sino fue pork, y perdonarán mi humilde soberbia, soy medianamente inteligente y harto bueno con los números (mis medallas doradas y diplomas no me dejarán mentir); y pork para los prestigiosos y enternados profesores de la pispirinais Universidad de Lima este humilde escribidor no es de su total, ni parcial, agrado), pero no me veo ejerciendo esta prestigiosa y enternada carrera toda mi enternada vida. Y no pork sea aburrida, pork no lo es, ni tampoko pork odie usar ternos, al contrario, me encanta, y disfruto ponerme terno todos los días, y más áún mis coloridas corbatas, de la cuales, por cierto, me he vuelto el más incontrolable coleccionista, sino pork siento k no es mi eterna vocación, no es mi destino, no es mi camino, no es mi futuro. Si empezé a estudiar esta prestigiosa y enternada carrera fue por una cuestión lucrativa y posera.

Y justo de eso hablaba hace varios días con una gran amiga. "Oe 'ona, ¿sabes qué?, yo pienso trabajar hasta máximo los 35, ahorrar plata y mandar toda esta formalidad al carajo", le digo, mientras veía por quinta vez "Saw 4" (para poder comprender "Saw 5"), pero sin llegar aún a entender ninguna. ¿Y k kieres hacer después?, me pregunta mi amiga mientras adormita en mi clásiko mueble rojo. "Nosé, irme al campo y vivir con miles de perros", le respondo mientras le doy un beso con lengua a Calí, mi chihuahua.

Creo kreer k ese es mi destino, criar perros, vivir en un casa inmensa con perros de todos los colores y tamaños, chuskos y finos, machos y hembras, feos y bonitos. todos. Darles de comer, de beber, y jugar con ellos. Salvar perros de una muerte segura en alguna calle o carretera limeña, o de alguna minúskula y sucia jaula, me haría feliz. Esa será mi labor en este planeta, mi tarea para siempre. Seré el papá de todos los perros, el perro mayor, el perrazo.

No sé en k momento empezé a kerer a los perros. Asumo y presumo k fue cuando un amigo mío regalome por mi cumpleaños, hace más de diez años, una Collie color amarillo preciosa, clon de la perrostar Lazie. Pucky, ese horrible y desubikado nombre le pusimos, se convirtió desde ese momento en mi mejor y fiel amiga. Yo era un púber varón k recien salía del cascarón de la infancia, y Pucky, con sólo su infalible y muda presencia, fue la únika k supo escuchar mis más íntimos y adolescentes secretos, y los guardó, leal como ella, hasta k Diosito se la llevó. La extraño mucho.

Luego vino Calí y confirmé k los perros son más humanos k nosotros. Si no tengo más perros en casa es por la negativa de mi madre, pork trankilamente en kasa pueden entrar por lo menos 10 perros, viviendo felices y contentos, conversando entre ellos, contándose (ladrándose) las buenas nuevas. Yo sería el más contento de todos pork tendría, por fin, 10 fieles amigos. Ya no tendría k llamar a nadie para k me venga a hacer compañía con un par de chelas o una pizza; ya no tendría k gastar mi saldo llamando a algún humano para contarle mis habituales penas y tristezas; tampoko tendría k convencer a alguien para k me acompañe en mis maratones sabatinas; y ya no necesitaría un despertador ekectróniko, tendría diez despertadores gratis, k me levantarán como a un bello durmiente, con besos y más besos; tampoko tendría k molestarme en gritar cada vez k entro a mi casa para asegurarme si hay alguien por ahí, pork los perros, mis amigos, harán carreras para recibirme; y tampoko tendría k buskarme a alguna perra humana con kien dormir, pork tendría muchas perras lindas k se pelearán por un rinkón de mi cama. ¿Para k más pues?

Y también lucharé por kitarle esa mala fama k injustamente les han achakado a los perros y perras. Osea,¿pork a los chikos malos, infieles y floreros nos dicen, perdón, les dicen despectivamente "perros"?, si lo k caracteriza a un perro es justo su lealtad y su inocencia. De igual manera, ¿pork a las chikas malcriaditas y algo fáciles les dicen prostitutamente "perras"?, si lo k carateriza a una perra (hembra del perro) es su aversión al sexo (sólo tiran pork su amo la encierra en un cuarto con un novio impuesto a la fuerza).

Esas serán, pues, mis labores en mi new life post economista, perdón, post bachiller. "Me parece muy bien Dani, los perros son lindos, sólo les falta hablar nomás", me dice mi amiga, previo bostezo de hipopótamo. "No chola, yo creo k a nosotros nos falta ladrar", le respondo mientras le tomo una foto a la Calí.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Volviendo

Un importante pero innecesario examen de titulación, k por cierto jalé injustamente. Un nuevo y más exigente trabajo, k me deja como si me hubiera metido un faenón sexual con un par de chikas rompecatres. Las resakas, gracias a sólo unas pokas cervezas sabatinas k me tumban todo el domingo como enfermo en cuidados intensivos. Tres hipnotizantes y pirateados libros, los cuales he devorado con hambre de vagabundo. Las religiosas pichangas domingueras, k por cierto me han originado una severa lesión k podría peligrosamente adelantar mi retiro de las canchas futboleras, todo por disfrazarme de chibolo sub-20 y hacer un atrevido e indebido dribbling maradoniano k hace 10 años me salía a la pefección, pero k ahora me dejó en total ridíkulo y me desagarró media pierna izquierda, dejándome práctikamente paralítiko. La falta de ganas, mas no de ideas, producto de todo lo antes mencionado. Y mi característica e insistituible pereza, k me empujan a dormir como buchisapo más horas de las necesarias (esas k no duermo en las noches) han sido las únikas culpables de mi ausencia de la canchas bloggeras. A todas ellas las declaro culpables. No fueron, pues, chikas cariñosas ni alguna inesperada nueva enamorada las culpables de mi alejamiento, como sospechaban mis pokas incautas, inocentes y celosas fanátikas (osea un par de cieguitas k rondan por ahi), sino fueron otras externalidades más importantes k el moribundo e invisible amor.

Es decir, si no eran las responsabilidades académikas, k me demandaban más tiempo de lo normal (ya k yo nosé para k carajos habré nacido pero para estudiar nikagando), eran las responsabilidades laborales, que debido a mi nuevo trabajo y a mi poka capacidad de captación, me costaba más esfuerzo y tiempo. Y si no eran responsabilidades algunas, eran acontecimientos fortuitos, como por ejemplo, las resakas y las lesiones, producto de tres o cuatro latas de nocivas cervezas, o producto de irresponsables ejercicios extremos, k me mandaban, directo y sin escalas, a mi diminuta cama a descansar en el más absoluto reposo. Ello juntado a mi invencible flojera, hicieron k este ausente por tanto tiempo.

Es que según este modesto blogger, para escribir y publikar posts relativamente largos (razón número 2 por la cual casi nadie me lee, la 1 es pork escribo huevadas) se necesitan dos cosas k el dinero no puede comprar (y si aún lo pudiera, no la hago pork ando más endeudado k Don Ramón): tiempo y ganas. Y estos últimos treinta días de noviembre no han sido tan dulces como la película, al contrario, se juntaron hechos k hicieron k el tiempo y las ganas sean las dos cosas k más deseaba en esos momentos. En estos últimos treinta días de mi aburrida existencia he tenido k robarle horas a las horas y ganas a las ganas para poder cumplir con mis metas a corto plazo, las cuales cumplí a medias nomás, pero dejando todo en la cancha, con dignidad y gallardía, con sangre, sudor y lágrimas y con la frente en alto.

Tanto tiempo estuve divorciado de los blogs k varios precupados y fieles amigos me lo recordaban: la semana pasada me encontré con un broder en un pub barrankino, yo recién había llegado y él ya con varias copas de más, me abrazó y con una turra k delató su preferencia al ron y mojándome toda la cara con su saliva me preguntó, casi rompiéndome los tímpanos: oe chato marikón, ¡¿pork carajo ya no escribes en el blog?! (yo ni enterado k lo leía). Otro amigo, talareño él, me reclamó varias veces y airadamente k escribiera algo pork no tenía nada k hacer y se aburría en la chamba, como si su productividad laboral dependiera de las huevadas k públiko. Imberbe, preocupadísimo él, me preguntó, mediante un comentario, dónde me había metido. Tanta fue mi injusta indiferencia para con este espacio virtual que tuve que hacer esfuerzos sobrenaturales para recordar la contraseña de este blog.

Pero ya se acabó el recreo. He vuelto. Ya no hay exámenes en el horizonte ni imprescindibles responsabilidades laborales. Ya dormí y recuperé las horas k las frías madrugadas limeñas me robaron. El tiempo ha regresado de la mano con las ganas, y akí estoy, nuevamente, alimentando un blog k casi nadie lee, inventándome historias reales y escribiendo cuentos irreales, vomitando mierda y más mierda, burlándome de todos y de mí, y alucinándome, otra vez, k soy un reconocido y millonario escribidor.

jueves, 16 de octubre de 2008

Quiero ser congresista

Todos los meses, días antes de recibir mi flacuchento sueldo, suelo elaborar un presupuesto harto detallado y austero de mis futuros gastos e ingresos operativos y financieros para tratar de ordenarme económikamente (como ¿buen? economista k según mi diploma de bachiller dice k soy) y así volar, paulatimante, mis malditas y eternas deudas, y ahorrar un cantidad respetable de dinero, y llegar a fin de mes sin tener k fingir de limosnero. Pero esta vez kise hacer un experimento bien bonito y arriesgado, inspirándome en akellos keridísimos personajetes de saco y corbata k hacen y deshacen las leyes a su antojo, como grandes penderejetes.

Así k no bien recibí mi paupérrimo salario, el mencionado presupuesto lo mandé al carajo. La planeada austeridad me la pasé por los huérfanos, y así empezé mi experimento: mi lado gay salió a relucir bien marikamente y me convertí en una compradora compulsiva, que ofertas ni que días R Ripley, de frente nomás, sin mirar precio. Full ropa. La tarjeta de crédito, antes odiada, ahora era my best friend. Los supuestos pasajes en combi se convirtieron en taxis seguros (no de la calle, no, no seas cholo, taxi San Borja, ubíkate). Los presupuestados menús y chifas fueron reemplazados por parrilladas, ceviches, pizzas, buffets y demás comidas gourmet. Las chelas k planeaba tomarme, fueron en realidad wiskies, caipiriñas y pisco sours. Los martes de cine pasaron a ser fines de semana de teatro y conciertos. A las diskotekas, sólo zona Vip, sino alaos broder. Y hasta falté al trabajo un par de veces para irme de viajecito por algún balneario de nuestra ciudad.

El millonario experimento me duró menos de quince días. Trece para ser exactos. Trece días de gastos superfluos y rimbombante comodidad. Trece días en k imaginé y soñé k mi sueldo era mi propina para mis gastos operativos. Trece días en k aluciné ser un pendejo congresista.

El experimentó cadukó al treceavo día pork cada fin de mes no recibo los jugosos siete mil lukas k recibe la otorongueada parlamentaria, y mucho menos recibo oooootros siete mil soles de propina para mis gastos otros, es más, ni propina me dan. Ya estoy viejo para k mis papitos me esten dando para mis pasajes o mis almuerzos. Para eso trabajo pues, para eso es mi sueldo. A los congresistas, encima k son unas tira de ratas corruptibles, les tenemos k dar de comer en la bokita, darles su propinita para k se vayan de viaje, o para k se coman cuatrocientos pollos en un dia y/o para k lleven a comer chifas a toda su bandada de amigotes. Esta mierda, estos mierdas lo hacen por cinco años, todos los meses, todos los días. Yo ya nose si reirme o llorar, o reirme para no llorar.

Osea, ¿por las santas huevas estudié en colegio y universidad partikular, invirtiendo tiempo y dinero, para k estos cojinovas, muchos de ellos sin secundaria completa, ganen el triple k yo y encima vengan a tirarse mi plata en huevadas? No forniken pues, nisikiera trabajan eficientemente, seguimos siendo un país corrupto, pobre, tercermundista, subdesarrollado. Hasta Bolivia nos golea. No jodan pues.

Ahora k acabó mi experimento, he regresado a ser lo k soy, un ciudadano más, un obligado votante, un orgulloso apolítiko, un triste peruano k tiene k chapar su combi y pagar su menú, un pobre huevoncio k tiene k trabajar como negro para ganar como cholo, y endeudarse para poder estudiar o pagar sus gastos, esos gastos k tú, pendejo congresista, no pagas.

Así k mi fuckin gracia me salió carito, y ahorita mientras escribo, molesto e impotente, estas líneas, estoy en el messenger tratando de convencer a algún inocente, solidario y bien remunerado amigo k me preste una importante cantidad de nuevos soles para poder pagar las malditas deudas k adquirí por disfrazarme de congresista. Pero parece k la búskeda del generoso amigo resultará infructuosa, improductiva, una verdadera pérdida de tiempo. Mis habilidades de convencimiento serán inútiles, nisikiera mis antiguos poderes y aptitudes de vendedor de tarjetas de crédito podrán ayudarme. Ni el más pituko y acongresistado de mis amigos kiere prestarme sol alguno, ni las buenagentes de mis amigas. Creo k mi pasado tormentoso, mentiroso y moroso, injustamente, me condena. Debí pensar en eso antes de hacer mi experimento. Ya tiré la toalla. Knock out. Tamadre. Mis nuevas deudas, entonces, seguirán intactas, inmóviles, inamovibles, gruesas, viejas y jodidas hasta nuevo, y al parecer lejano, aviso.

Cuando era un niño, con dudas pero sin deudas, mi mamá me preguntaba que quería ser de grande, yo le respondía, con esa inocencia k aún me caracteriza, k kería ser astronauta o futbolista como Pelé. Si hoy me vuelve a preguntar lo mismo, yo le respondo, sin dudas pero con hartas deudas: "mamá, de viejo kiero ser congresista"

domingo, 28 de setiembre de 2008

El Lector

Rekuerdo k fui el primero, empatado con mi hasta hoy pataza Héctor, de mi promoción que aprendió a leer bien. Corría el año 1989, yo estaba ya en primero de primara, estudiando en el otrora extrañado Colegio Punta Arenas de Talara. Era un niño nerd, con pelo engominado y raya al costado, cara de pavo (aún kedan residuos de esa cara) y extremadamente trankilo, por no decir taradito. El haber aprendido a leer precozmente me auguraba un prometedor y exitoso futuro cultural, y ya muchos aseguraban k me convertiría en un famoso intelectual o en una eminencia en las letras.

Pasaron los años y el niño nerdcito cambió (o el Chavo, el fútbol o las niñas lo hicieron cambiar). Terminé la secundaria con el récord guinness de haber leído solamente, y por obligación, el inolvidable Paco Yunque, de Vallejo (con el pituko y abusivazo de Humberto Grieve) durante los nueve años de mi existencia escolar. Solamente leía por iniciativa, y sólo para alucinarme sexualmente con Yayita, los Condoritos que mi tío Guillermo coleccionaba religiosamente.

En la universidad las cosas no distaron mucha de mi realidad escolar. Sufría y renegaba cada vez k era mandado a leer incomprensibles separatas y bíblikos libros sobre macroeconomía y precios. Reclamaba, con alma sindikalista, cada vez k mi viejo me hacía leer revistas económikas o el periódiko. En esas lejanas épokas, algunos libros regalados (a pesar de mi poka o nula afición a la lectura en esas épokas, mi viejo insistía en regalarme libros de todos los autores, colores y tamaños) descansaban empolvados en algún escondite de mi desordenado dormitorio, y otros cuantos servían de dulce hogar para no pokas arañas y polillas k solían acompañarme en mis momentos de enclaustro doméstiko.

Es decir, ese prometedor niño lector nunka creció, nunka maduró, nunka aprovechó su estado mediátiko de admirado y aventajado lector. Todas las predicciones habían fallado, todas las proyecciones echas, en todo tipo de escenario, por mis profesores habían sido un total fracaso. El niño k aprendió a leer antes que toda su promoción, kince años después era una completa res, un ignorante, un inculto, un vruto.

Pero desde hace apróximadamente un año algo ha empezado a cambiar. El niño lector k nunka creció esta despertando, resucitando, renaciendo como el ave fenix. Ese potencial y prometedor lector k he llevado adentro toda mi vida está empezando a asomar caprichosamente. Ya ha roto el cascarón y esta recuperando todo el improductivo tiempo perdido durante sus épokas estudiantiles. Curiosamente, y como demostrando mi lado rebelde, justo cuando nadie me obliga a leer, se me ha dado por leer hasta la biblia, cosa impensada por un agnóstiko convenido como yo.

Acabo de terminar de leer el séptimo libro del mes, El Alkimista del genial Paulo Coelho, y hasta ahora ni yo me la creo. ¡Siete libros en un mes! (y ya son varias decenas de libros leídos en lo que va del año). Es un culo para un chiko k nunka leyó en su vida. Seguro se preguntarán, respetables e incrédulos lectores, k no tengo nada k hacer en estos momentos. Pues se equivokan, lo k hace más resaltante mi loable experiencia es que tiempo, junto con la plata, es lo que menos me sobra. El hecho de trabajar, estudiar un postgrado, juerguear, gilear (sin éxito) y hasta tener un blog, ya te deja sin tiempo para otras actividades, pero heroíkamente me las he arreglado para cumplir con todo lo me gusta, desde salir a correr(mela) hasta, claro está, leer. Dormiré menos, pero leo más. Hasta resakeado leo, como el día de hoy, k la lectura minimizó mis naúseas y el dolor de cabeza.

Creo creer cuando empezé a agarrarle el gusto a la lectura: Hace un poco más de un año, un día antes de viajar a EEUU, un gran amigo, Christian, el Jerry Rivera talareño, me regaló (no rekuerdo el motivo) sorpresivamente un libro, Travesuras de las Niña Mala de MVLL. Yo lo recibí con aprecio pero resentido pork esperaba un trago o algo por ahí. Decidí empakar el libro sólo por si acaso las pilas de mi diskman se gastaran durante las casi doce horas de viaje. El sólo ojear el libro y ver tantas hojas y letras juntas me causaban mareos.

Nunka se gastaron las pilas Duracell de mi diskman pero sí me encontré, en EEUU, con una rutina sola, lenta y aburrida, k sumado a una decepción amorosa, me obligó a buskar hobbies k me ayudaran a tener una vida menos deprimente. Una de ellas fue escribir (léase crear un blog), pero así como para cocinar hay k saber comer, también para escribir hay k saber leer. Y así pues, sin kerer keriendo, la soledad, el aburrimiento, este blog y mi pata se habían juntado para empujarme a leer algo. Me leí el libro regalado, y desde ese momento no he parado de leer.

En inglés o en español, novelas o cuentos, gruesos o delgados, bestsellers o desconocidos, sobre economía o anatomía. En el baño o en mi cuarto, en la chamba o en un café, en la combi o en el parke, leo donde sea y lo que sea. Por fin creció el niño lector, dicen las gentes k más vale tarde k nunka, y yo digo k ya es tarde y me tengo k ir... a leer.

domingo, 14 de setiembre de 2008

Mis cartas amarillas

Querida L:

Sí, L, querida. Así como lo lees, (aún) eres kerida, (aún) eres kerible, y (aún) te kiero. Te sorprenderá esta públika misiva, pero me veo en la obligación de hacerlo ya k nunka respondísteme el email k te escribí en donde te propuse, cordialmente y después de varios falsos, ardidos e inconscientes dimes y diretes, hacer una historia novelístika en la cual tú serías la princesa perfecta, la blanca nieves, la bella durmiente (más bella k durmiente, por cierto), la María Mercedes (aunk odie a Thalia), o cualkier papel femenino protagóniko k tú libremente podías elegir, y yo sería, con toda justicia, el malo, el mierda, el huevón o el patán, como así me acababas de bautizar. Daniel "El Patán", me encanta. Hasta para poner adjetivos eres linda, por eso (aún) te kiero (aún) kerida L. Pero como no respondiste mi proposición, asumí e intuyo k no aceptaste. No has kerido ser la estrella de mi pelíkula, aunk tienes toda la pinta de serlo. Con esa hermosa y enamorable sonrisa y ese carilindo rostro la hacías linda, hubieramos sido un éxito total. Pero me choteaste, otra vez. De nuevo no pudiste. Pero no me molestaré kerida L, no tengo porqué. Ya encontraré a otra chika k kiera compartir roles con este humilde patán.

Pero ¿pork no aceptaste mi mágika proposición, platónika L? ¿Acaso estás molesta conmigo?, ¿Qué te he hecho?. Acepto k desde hace un poko más de un mes nuestra relación amikal se está iendo a la mierda. ¿Acaso fuimos amigos?. Pero ¿te has preguntado pork estamos tan mal?. Yo sí.

Y las respuestas son variadas, L. Desde las diferentes óptikas k tenemos sobre lo k es la amistad, hasta nuestros propios, marcados y orgullosos defectos. Tú no aceptaste k te ekivokaste, y yo tampoko aceptaré k me ekivoké. Pork yo sí me sentí mal, yo sí me decepcioné de ti. Yo lo sentí. Tus te kieros y te extraños, luego de tus choteadas y plantadas, sonaban a consuelo, a pobrecito Danielito. Y eso es una de las cosas k más me joden, k más odio, k más me deprimen, y peor si vienen de alguien a kien yo consideraba una amiga especial. Tú eras eso chola, eras mi amiga, una de las mejores. Me demostrabas tanto cariño k muchos de mis amigos creían k eras más k una amiga, y mis amigas hasta celosas se ponían. "Chato, ¿kién es esa tal L?", "¿Kién es esa chika k te deja tantos comentarios en el Hi5?", "¿Kién es esa L k te pone comentarios bien cariñosos en tu blog?, ¿Estás con ella?, ¿Es tu enamorada, tu agarre, tu amiga cariñosa, tu afán?". Yo negaba, con tristeza, todas sus interrogantes.

No lo niego, me encantaban esas lindas demostraciones de cariño, me hacían sentir kerido, y hasta confundían a mi turuleko corazón. Llegar a la chamba y encontrar un email tuyo me alegraban la existencia. Me emocionaba, me ponían en pindinga. Por eso pensé, kerida L, k tu amistad era verdadera y pura.

Pero en los momentos en k la soledad invadía mi vida, en los k me hundía en mis acostumbrados huekos, en los momentos k más necesitaba esa amiga k tanto cariño me demostraba, desaparecías como por arte de magia, te zurrabas, te llegaba al pincho, te ibas. Nisikiera estuviste en mis cumpleaños. Cuando kería amigos k me hagan compañía, k me hagan olvidar, temporalmente, k tengo una vida de mierda, tú no estuviste. Te llamé L, y te kitaste. "No puedo Dani, lo siento", me decías siempre. Te pedí un consejo, y me mandaste un ladrillo. Me volví a sentir mal, y tampoko pudiste. ¿Tan díficil era k te pongas la camiseta de amiga de verdad? Eso no podía tolerarlo, no tantas veces. Se lo tolero a mi vecina o a cualkier cojudita, a ti no L, tú eras mi amiga, y me fallaste. Te cabreaste cuando mi vida pasaba por un maremoto emocional, y regresabas con "te extraños" luego k las aguas ya estaban trankilas. No jodas pues, discúlpame, pero no jodas.

Ahí empezaron los problemas, extrañada L. Tú nunka aceptaste, ni aceptarás, ninguno de los cargos por los k te culpé. Te declaraste totalmente inocente, una víctima, casi una perseguida política. En cambio, sacaste tus garras y me dijiste exagerado, resentido, malo, patán. Sí pues, soy un exagerado de mierda, un puto resentido. Lo sabes muy bien. Pero yo sí estuve contigo en los momentos en k más los necesitabas. ¿O acaso no hice nada por ti, kerida L?. ¿No te acuerdas de la dedikatoria k te escribí en esa etiketa de cerveza en tu cumpleaños de hace 2 años? ¿No te acuerdas k chotié a tutilimundi para ir, solo, a tu cumpleaños, a pesar k después me dejaste de lado? ¿Ya no te acuerdas las eternas y madrugadoras llamadas en donde te dejaba escupir toda la mierda k tenías por culpa de un par de pinches imbéciles k te hacían sufrir, sin importar k al día siguiente yo tenía k trabajar? ¿No te acuerdas de los comentarios públikos k siempre te hacía sólo pork tú me lo pedías?. Perdonarás mi modestia, L, pero creo k yo sí fui un verdadero amigo, en las buenas y en la malas, chochera.

Tal vez mi visión sobre lo k es la verdadera amistad cagó nuestra amistad. Para mí, amigo es el k está en la malas, kerida L, no en las buenas. Los verdaderos amigos se encuentran cuando todo esta oscuro. Y en mis etapas de maldita soledad, tú brillabas por tu ausencia, ¿dónde mierda esta L? Nunca lo supe.

Ya nada será lo mismo L. Hoy, mientras escribo esta carta y te veo, por última vez, en mi lista del msn, se acabó la historia de una supuesta amistad k empezó el útimo día del mes de marzo de hace tres años. Tal vez el mejor año de mi vida. Conocerte fue ver la vida diferente, fue meterme a un cuento de hadas en el cual tú eras la eterna enamorada de lo imposible. Verte era ver a un angel enamorado, a una inocente buskadora de lo perfecto, a una amante sufrida por el injusto amor. Eso eras L. Ahora ya encontraste ese amor k tanto buskaste. Yo seguiré en mi búskeda, ya sin ti.

Me despido agradecido por todas las sonrisas k dibujaste en mi rostro, por las muestras de cariño k nadie me ha dado, por los te kieros, y por haber casi curado un corazón en pedazos. Pero decepcionado pork nada de eso volverá, ni tú ni yo daremos nuestro brazo a torcer, y ambos cumpliremos nuestras condenas por separado.

Te mando un beso, ese k nunka te dí, y un abrazo, esos virtuales k tantas veces me mandaste pero k nunk me los diste en la vida real.

Daniel

P.D. Saludos a tu mamá, tan talareña como yo.

lunes, 8 de setiembre de 2008

Mi Ramadán

Según Wikipedia (nosé kien habrá inventado ese imprescindible atlas-diccionario-periódiko-libro-enciclopedia virtual k me ha salvado de muchas situaciones en las k la ignorancia, mi ignorancia, reflotaba ante las jodidas preguntas de mis pinches jefes y sabelotodo profesores. Desconozko mayormente (como dirían los corruptibles, sucios y gordinflones tombos peruanos), kién lo habrá inventado, pero desde akí, a la distancia, le agradezco al dueño de Wikipedia por haberme enseñado, en tan sólo unos meses, más de lo k me enseñó el colegio y la universidad en casi 23 años de constante e ininterrumpido estudio), el Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, y es mundialmente reconocido pork los musulmanes (valga la redundancia), bien machos ellos, ayunan y se abstienen sexualmente durante el día, y sólo puede comer y tirar mientras el gringo, léase el sol, se oculta entre los océanos pacíficos, atlántikos, índikos o ártikos. Oséa sólo comen y tiran de noche. ¿Chukulún mañanero? No way. Pobrecitos.

Yo me enteré de esta costumbre de ayunar y abstenerse sexualmente en el Ramadán (k dura un mes apróximadamente) gracias a mi pata Ahmed, un irakí flaco, barbon y cejón, k se convirtió en mi mejor amigo cuando fuíme a estudiar a tierras mississippianas, allá por gringolandia. Ahmed, harto religioso mas no fanátiko, me desasnó acerca de esa costumbre y de otras más. Me destapó el cerebro, y me hizo ver k ser musulmán no significa ser terrorista, ni kamikaze, ni Bin Laden, ni Al Qaeda, ni 11 de Setiembre, ni tampoko kiere decir k te tiras a tus primas y tienes hijos con tus tías. Nada de eso. Bush y compañía han hecho k las gentes ignorantes pensemos eso.

Ahmed, pues, se limitaba a comer sólo en las noches. Solía invitarme a sus brutales, gratis y árabes buffets nocturnos en donde, felices hasta el orgasmo, tragaba(mos) como si no hubiera(mos) comido en todo el día. Aunk yo no ayunaba, mis almuerzos se asemejaban bastante al ayuno o a una dieta mortal: una quimikísima y microwavable sopa Maruchan y una barra de chokolate eran lo úniko k solían habitar en mi estómago en esas épokas misias de estudiante internacional. Ser piticlín le ahorraba ciertas aguantadas situaciones a mi kerido amigo Ahmed. Así k la abstinencia sexual no era un problema para él.

Pero para mi sí, no comer y no tirar es un castigo inkisidor, un inaguantable proceso sin fin, un suicidio implacentero. ¡Y claro k he pasado por esas épokas!. A pesar de mi agnosticismo, yo también he tenido mi Ramadán. Confieso, sin mucho orgullo, haber pasado por esos impremeditados ramadanes gastronómikos y sexuales.

Rekuerdo, por ejemplo, esas épokas de alcoholizadas e interminables juergas k empezaban cualkier día de la semana y se podían prolongar, sin primeros tiempos y sin sentirlo, hasta por tres o cuatro días. Días en k sólo se me ocurría alimentarme de noche y madrugada, ya sea con grasosos sanguchones campesinos, pikantísimos caldos de gallina, calientísimas pizzas hawaianas, o askerosa comida casera congelada. Pork cuando el sol alumbraba en esta parte del planeta, éste humilde e inmaduro escribidor encontrábase privadísimo en su cama (o en la de alguna parrokiana) tomando una larga, obligada y resakeada siesta, desde el alba hasta el ocaso, en donde ya la inercia y las naúseas lo hacían levantar.

También rekuerdo esa épokas, post mi primera vez, en las k la libido kinceañero regresaban con fuerza y se apoderaban de mi cachondo cerebro, haciéndome pensar y recordar akella primera vez en la k fui capaz, campeón yo, de llevar a una chika a la cama (o al mueble en este caso). Esos rekuerdos me exitaban y kería a como de lugar mi segunda vez. Estaba seguro k lo lograría al instante. Pero la realidad me hizo bajar de mi nube. Me demostró k esa primera vez fue sólo una mera casualidad, un azar del destino, un toke de suerte. Ese supuesto éxito no fue pues, consekuencia de mis habilidades de macho gilero, ni consekuencia de mi verso florido e incendiado, ni tampoko consekuencia de mi mirada matadora o mi porte atlétiko, nada. Sino k tan solo me cruzé con una perruña borracha y despechada (esas k abundan en Lima) k salió de su kasa pensando en tirarse al primer huevón k se le cruze: y yo me le cruzé. Tuvieron k pasar, si la memoria no me falla, un año para volver a usar mi herramienta viril con una chika, o mejor dicho, para k una chika lo use, pork hasta ese momento yo era el úniko usuario de mi herramienta.

Recuerdo esas locas époka y sonrío. Pero la sonrisa desaparece automátikamente al darme cuenta k esas épokas pretéritas están regresando, lentas pero seguras. Los fines de semana están dedikados a reuniones y fiestas no muy infantiles, y aunk el alcohol es controlable, las fiestas suelen durar hasta altas horas de la noche, o tempranas horas de la mañana. Y debido a la edad k tengo y al paupérrimo fisiko k me manejo, el día siguiente se convierte en una madrugada con sol, just sleep, recién en la noche me acuerdo de comer algo.Y los días de semana, laborales ellos, la falta de tiempo para desayunar (y para postear) y una herida de mierda en la boka k no me deja nisikiera mascar un grano de arroz, me limitan a solo tomar aguas y jugos durante el día, teniendo k esperar hasta la noche para regresar a casa y ¿comerme? un arroz con pollo con papa a la huancaína totalmente licuado, pork sólido ¡nooooo paaaaaasa!.

Pero la sonrisa se convierte ya en cara triste y llorona cuando recuerdo k mi abstinencia sexual ya esta por batir récord distrital, provincial, departamental, regional, olímpiko, mundial y universal. No la veo ya hace varios días (tantos k ya son meses. No se burlen), y si sigo así mi ramadán sexual amenaza con seguir alargándose hasta horizontes lejanos e inimaginables.

¡No puede ser, k Alá me agarre confesado!... maldito Ramadán.


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domingo, 31 de agosto de 2008

El día del Blog

Hace año y medio un tutti frutti de problemas obligáronme a buskar desagues para expulsar la mierdada mierda k tenía dentro de mi castigado corazón (páncreas, hígado, estómago, pulmones, etc). Buské por todos lados soluciones infalibles. Pensé comprarme un diario personal rosadito con olor a Heno de Pravia, y expulsar, lapicero en mano, mis putas ideas, pero la marikonada no me daba para tanto, y, además, desde k salí de la universidad, y por culpa de la tecnología, no he vuelto a agarrar lapicero alguno, e intuyo k mi caligrafía debe estar peor k la de un médiko de Essalud. Pensé, también, buskar un psikólogo gratis k me ayude a aliviar mis desventuras amorosas y filiales, pero en este tipo de situaciones nadie podía hacerme sentir mejor, sólo yo.

Internet me envició, y es así como nació este blog (en verdad éste blog es la continuación del original, éste es la segunda temporada, el capítulo 2) sin más ganas ni motivación que la de eyacular mi cólera y mi ardidez, de botar toda la caca espiritual k tenía paseando por mis venas, de expulsar las malas vibras de mi deformado cuerpo, de vomitar la bilis k ardía mi interior, sólo eso. Nisikiera me interesaba k me leyeran, kería ser un blogger anárkiko, punkeke, anticomercial, emo, subterráneo, un posero. Sólo kería k me lean mis amigos, nadie más. Odiaba los blogs k tenían 40 ó 50 comentarios, y a los bloggers comentaristas. Pero con el tiempo esa atorrante ardidez y ese pensamiento tapado ha ido mutando, ¿felizmente?. Primero me di cuenta, o mejor dicho, me hicieron dar cuenta, k escribir sobre los personajillos k me hicieron daño no era la mejor manera de salir del oskuro hueco en el k me encontraba. Asi k me desahuevé, decidí no ser más un huevas tristes, y empezé a escribir cosas menos deprimentes (aunk a veces me agarra el feeling). Parece k dió resultado. También, me dí cuenta k tener y escribir un blog, y ser leido, podía convertirse en algo diferente, algo paja, algo huevero, y leer las aventuras de otros bloggers es ahora casi un hobbie.

Cuando David, blogger y amigo de universidad, dijo en el video de presentación del Día del Blog, k le llegaban al pincho esos bloggers k escriben aparentando ser lindos o bonitos, cuando en verdad soy unos verdaderos huevones, me sentí identifikado casi al 100%. Desde hacía mucho tiempo intentaba buscarle una creativa definición a lo k escribo, a mi estilo, por fin mi pata David lo resumió. No se confundan, soy un huevón.

Así pues, aceptando abiertamente ser un blogger y sabiendo mi huevonístiko estilo, acudí emocionado, lo confieso, a la ceremonia por el Día del Blog. Me senté con mi frustada acompañante (pork ella pensó k Rentato Cisneros asistiría) casi atrás del salón. Nos reímos con los videos, bostezamos con las presentaciones, ¿envidiamos? a los ganadores y odiamos a Homero. Pude reconocer a algunos bloggers k suelen posar sus ojos por este desekilibrante blog. Pero no tenía ganas, ni kería acercarme y presentarme, es k soy tííííímido. Pero un tal R sí tenía ganas de hacer amigos. Exitadísimo y algo borrachito se me acercó, y con cámara en mano empezó a hablarme de sus kinientas visitas diarias a su blog (no te preocupes kerido R, no te delataré), de sus miles de amigos bloggers, y de lo contento k se sentía el haber ganado un premio. En su cara se leía un orgasmo, estaba extasiado el muchacho, no paraba de hablar y de filmarme. Yo le decía, sonriéndole, k mi blog, con suerte, tiene diez visitas diarias y de esas, ocho son mías, y pensaba: "este es más huevón k yo". Al menor descuido de mi buen nuevo amigo R, me escabullí como un perikote entre la multitud, y lo perdí.

Luego, mientras me tragaba algunos bocaditos y me guardaba otros en los bolsillos de mi saco, me encontré con mi pata D, estaba sólo y cojudo, así k fuímonos, él, mi frustrada acompañante y yo, a la parte posterior del salón, nos sentamos en el suelo y nos dedikamos a los k habíamos ido: tomar. Mientras libábamos las chelas k nuestros buenos amigos los mozos nos traían personalmente, nos divertíamos viendo a los japis y emocionados bloggers correteándose y entrevistándose entre si, intercambiandose páginas web, y adivinándose kien es kien, como si estuvieran en una fiesta de máscaras y disfraces, o en una cita comunal a ciegas. Nos tomamos y secamos todas las chelas posibles, eran gratis y había k aprovechar (pero parece k nosotros no fuimos los únikos k aprovechamos la situación, bastaba con ir al baño de hombres para darse cuenta lo ebrios y gritones k ya estaban algunos bloggers), deberían haber más reuniones así, pensaba.

Se acabo la chela y se acabo la fiesta, ya no fuimos al after party en Barranco pork el cansancio nos vencía. Pero me retiré contento por haber acudido a mi primer reunión bloggera, sin importar no haber conocido a ningun blogger, sin importar k no haya ganado ni mi diploma de honor al mérito, sin importar k el gran R tenga kinientas visitas diarias y yo sólo diez. Estaba contento pork ese día también fue mi día.

!Feliz día bloggers! ¡Feliz día amigo R!

miércoles, 6 de agosto de 2008

Mi ex

B es mi mejor amiga, y es mi ex. D no es mi amiga, y es mi ex. F ya no es mi amiga, y es mi ex. L es mi otra mejor amiga, y no es mi ex. N es mi amiga, pero kiero k sea mi ex (para tener remembers). R no es mi ex, pero fue mi amiga... cariñosa. N es mi ex, y tiene tantos ex que ya no se sabe si somos sus amigos. J es mi amiga, y es mi ex. R es el ex de mi ex J, y son mejores amigos. M es mi ex, y yo nose si podremos ser amigos. M es mi ex, y estamos tratando de ser amigos.

Al borde de la histeria y la desesperación me encontraba debido a un par de inesperados e incomprensibles hechos k acontecieron en mi telenovelística vida (en donde obviamente yo soy el galán, pero las protagonistas huyen despavoridas) este último fin de semana, en los cuales M, mi ex, estaba involukrada. Estaba cagado, cegado, cigado, cogado y cugado. Pero J, mi amiga, mi otra ex, pero también mejor amiga de su otro ex, salvóme de un lento suicidio placentero. ¡Vamos a comer, 11.30pm en el Fridays, no jodas!, tukutín. Yap chevere, tukutín. Y me desconecté.

Con J tuvimos una relación secreta, inocente, corta y temporal. La kiero mucho, y esta más buena k el pollo a la brasa (como ella me ha confesado la miran sus no pokos pretendientes), pero más la admiro, pork ha logrado cosas k yo talvez nunka lograré ni en mis más wildest dreams. Es mucho menor k yo, y ya vive sola en su depa, tiene un buen trabajo, y viaja cuando kiere y a donde kiere. Pero lo k más admiro, y envidio, de la carilinda y blankiñosa J es k se ha convertido en la mejor amiga de su ex, con el k estuvo tres largo años (y por el k sospecho, me choteó, cuando yo intentaba improductivamente re-conkistarla, hace justo tres años), y su ex es también su mejor amigo. Algo inusual en estas épokas de amistades subvaluadas.

Yo no tenía hambre, pero sí harta sed. Ella no tenía sed, pero sí harta hambre. Así k yo me dediké a tomarme sus tragos, y ella se dedikó a comerse mi comida. Mientras yo libaba los coloridos tragos y ella devoraba las crokantes alitas, salió el tema de los ex, los más importantes, los k dejaron huella, los extrañables, los amados y odiados a la vez. Yo no tenía muchas ganas de hablar, sólo kería preguntar, tomar y escuchar. -¿Cómo diablos hiciste para k en tan poko tiempo, tu y tu ex se conviertan en los best friends, y hasta se cuenten sus aventuras sentimentales personales?. Mi ex, M, me cuenta k se agarró a alguien, y a mi me da chukake. Osea, nosé si lo ha hecho, pero orejas k no oyen, corazón k no siente, chola-, le dije, para luego pedirme otro trago, menos colorido y más fuerte, y ser todo oídos. J empezó a darme, gratuitamente, las recetas, sus recetas, k podrían ayudarme a ser un buen amigo de mi(s) ex(s).

Mientras J hablaba sin parar, dejando enfríar sus espaguetis bañados en una salsa impronunciable, yo atendía su cátedra. Me decía, la bonita J, k es fácil ser amigo de un ex, pero ser el mejor amigo nunka es fácil. Y claro pues, le doy la razón, pork usualmente al término de una relación larga e importante, los ex amantes suelen seguir caminos distintos e independientes, pero siguen siendo amigos, pero son esos amigos k casi nunka se hablan (sólo por msn), o k se saludan con respeto, y no se ven más k una vez al mes. Así cualkiera pues, yalaza. Pero convertirse en el mejor amigo, ya es casi una acción heroíca. J lo había logrado, y yo también kería, y kiero, seguirle los pasos.

Me dijo, desilusionándome, k no existen recetas, ni manuales ni reglas escritas. Pero sí existen tres o cuatro cosas básikas k se deben cumplir para sikiera poder intentar reconstruir una fuerte amistad entre los ex enamorados. Primero para poder ser amigo de tu ex, me decía, tiene k haber una predisposición por kerer serlo. Segundo, aceptar y admitir de buena gana k nunka más podrán volver a ser enamorados (aunk nunka digas nunka). Lo kieres, te kieren, se kieren, se gustan, pero volver ya no, ya se intentó y no se pudo. Tercero, nunka te alejes, nunka. Pork la idea es k hablen, se ayuden y se vean seguido hasta k exista una mutua confianza k los haga ya tratarse como patazas, y contarse todo, o casi todo. Cuarto, no te vayas a ir con otra a la semana o al mes de haber terminado, no pues chochera, no seas repelente. Espérate un ratito, no seas pipiléctiko. No le hagas daño, me dijo la gran J, mientras se pedía su tercer plato: un helado de vainilla bañado en una crema también impronunciable. Yo ya estaba por mi sexto trago.

Me kede pensando en dos de los cuatro consejos k la resakeada J me había dicho. Tal vez por ello no podíamos ser amigos, mi ex y yo. Me puse triste. En el taxi de regreso, ya solo, volví a recordar las palabras de J. ¿Podremos ser amigos, M y yo?, me pregunté. Exhale un suspiro, pensé en ella, rekordé k hoy hubieramos cumplido un mes más, y me puse a llorar.

martes, 15 de julio de 2008

No es justo

Es sabido por propios y extraños el odio incondicional y masokista k le tengo a un conjunto de cosas k exasperan, casi diaramente, mi trankila existencia. No los tolero por más terapia k haya experimentado, por más hipnotizaciones o charlas cristiano-plesbíteras k haya escuchado. I can't folks!

Entre esas odiosas cosas están, punteando la tabla de posiciones, los diminutos pero zumbadores zancudos, los militares y su chusko corte de pelo, las agencias de los bancos (incluído sus proactivos y estudiosísimos, pero lentos, trabajadores), los conchudos y orkestales ronkadores, el virtual y sociable Hi5, el tráfiko limeño en hora punta y despunta, las colas hasta para ir al baño, y así un largo etcétera de odiosas situaciones k me es difícil aguantarlas.

Pero existe un par de cuestiones k estoy empezando a odiar con ganas, pundonor y mucha fuerza. En los últimos meses esa parejita me ha ridikulizado, se ha mofado, burlado, reído, carcajeado de mí, señalándome y minimizándome delante de toda Lima y balnearios. Me refiero, señores, a ese calzado putón k tanto aman las mujeres, a ese calzado k las engaña y las disfraza, ese calzado saca-juanetes k las hace creer, ilusas ellas, k son modelos y asi se verán más lindas (¡eso es mentira!), me refiero a ese par de zapatos k las hace caminar como borrachitas y malabaristas. Me refiero, señoritas, a sus amados por ustedes, y odiados por mí, TACOS.

No suelo fijarme en chikas más altas k yo (ni ellas tampoko en mi), así k mi panorama se limita a fijarme en chikas de un metro sesenta y tres para abajo. Obviamente el universo femenino se me reduce pero nunka me he kejado. De lo k sí me kejo, y no lo puedo seguir aceptando bajo ninguna circunstancia, es k el universo femenimo se me siga reduciendo a la más mínima expresión por culpa de los $&%#@ tacos. ¡No, señor!, ¿Qué kieren, productores de takos y señoritas usuarias? ¿Qué nos kedemos solteros de por vida?, ¿Qué también compremos tacos? ¿Quieren que nos volvamos marikas?. Soy chato pues, y nada me hará crecer naturalmente. Ya es tarde para tomar mis tres vasos de leche al día, y ni Milo me hará grande. Hace rato k ya pasé la etapa de crecimiento y lo úniko k me crece, ahorita, con gran rapidez, son la panza, la papada y los cachetes. Sean concientes pues.

Toda esta sobrepoblación y proliferación indiskrimada de tacos de todas las formas, tamaños y colores, he hecho k tenga k rekurrir a un sin número de artificios y herramientas artificiales k intenten disfrazar temporalmente mi minúskulo tamaño. Y lo digo sin verguenza, con la frente en alto, y sabiendo k tengo k combatir con los odiados tacos. Mi plan de contingencia ha incluído k todas mis All Star, Dunlop, y cualkier zapatilla de lona, o sin plataforma, sean despedidas injustamente de mi closet. Ahora abundan en primera fila, zapatillas de basketbolistas, chankabukes de astronauta y los infaltables elevate shoes (sí, tengo mis elevate shoes, ¿y que?, ¡no hay takos para hombres pues, no jodas!). Y no lo hago pork me sienta menos por ser chato, nada que ver, sino k sin esos calzados no podría salir con ustedes, menos competir por su corazoncito, señoritas chatas-k-no-kieren-ser-chatas-por-eso-usan-takos-nueve. ¿O será k cada vez k se ponen tacos me están keriendo decir conchudamente "fuera enano huevón, crece primero, k yo nikagando dejo mis takos"?. Fácil, no lo sé, pero k lindas, tiernas y tirables se les ve con sus balerinas y sus zapatillas planitas.

Sea lo k sea, necesitaba hacer públika mi keja, ya k el tren se me esta iendo, y los odiados tacos le están echándo más combustible al tren. Y eso no es justo señoritas. No es justo.

jueves, 3 de julio de 2008

Nos vamos poniendo viejos

En el tacho de basura de mi oficina descansan vacías y arrugadas cerca de media docena de botellas Cifruts de todos los sabores y colores k han sido libadas y evaporadas ferozmente por este humilde escribidor en menos de 24 minutos, todo un récord guiness k lo más probable es k me haga mear como un ganado vacuno. La razón: la secona, léase la maldita resaka.

Esto no sería raro y mucho menos una novedad si es k el día anterior, osea ayer, me hubiera pegado una de esas brutales e inconscientes bombas k solía meterme en mis epokas cachimbianas, en donde, mis sedientos amigos y yo, flagelábamos nuestros aun virginales estómagos e hígados con preparadas pócimas y tragos baratos de dudosa reputación y kien sabe ké procedencia, k hacían k nos tranformemos en inmunes y pinches pendejitos. Pero eso, señores, no ha pasado. Ni volverá a pasar. Ayer, con esa responsabilidad k me caracteriza y sabiendo k había k laborar al día siguiente, sólo me tomé un par de jarritas de cervezas mientras conversábamos y reíamos con unos amigos. Ese par de cervecitas bastaron para k hoy amanezca con una secona de la refurinfunflai, sí créanlo. Todo ello no hace más k confirmar mis sospechas y esclarecer mis dudas: ya estoy viejo.

El tiempo pasa pues, no se detiene. y los hechos son los hechos. Sin darme cuenta me he convertido en un señorito, en un madurito, en un tío (casi me pongo a llorar cuando mi sobrinita me dijo "Hola tío Daniel"), en un casi parapléjiko para los esfuerzos físikos. Pronto, si sigo así, tendré k rekurrir a la milagrosa maca para recordar mis buenas épokas de orgasminator. Es k ya pasé el cuarto de siglo pues, hace rato k ya dejé de ser un estudiante universitario, y los polones con capucha y ojotas veraniegas han sido reemplazadas por sacos, corbatas y lustrados zapatos. Mis gustos y preferencias han cambiado drásticamente, ahora conversar trankilamente tomando una tazita de café me divierte más k tomando unas cervezas bien heladas. Prefiero mil veces ir a comer k ir a una diskoteka. Los fines de semana los usó para ver películas o dormir, cosa k era práctikamente un crimen tres o cuatro años atrás, cuando era un jovenzuelo ávido de aventuras. Mi madre es la más feliz con ese cambio, cree k ya maduré. Sólo falta cerrar este blog para convertirme en un cuasi antikuado padre de familia, sin esposa ni hijos claro está.

Creo k tendré k aceptar, como los machos, la actual y ¿cruel? realidad. Atrás ha kedado, rezagadísimo, ese cuerpo enérgiko y jovial k era capaz de aguantar heroíkamente hasta cuatro días seguidos de bailetones, juergas y despelotes. Atras kedó ese cuerpo fuerte k aguantaba, en épokas de exámenes finales, hasta tres boleteadas seguidas. Atras kedó akel joven deportista k jugaba hasta tres partidos de fútbol sin entretiempo alguno. Atrás kedó el cuerpo atlétiko con abdominales markados y tríceps envidiados. Atrás ha kedado el aventurero chikillo levanta-chikas-fáciles barrankinas. Ya nada de eso keda, el tiempo se lo ha llevado.

Ahora kedan los restos de un cuerpo de res con un físiko de Matusalén, k no es capaz de aguantar haciendo footing más de diez minutos, teniendo k chapar taxi para su regreso. Ahora keda un cuerpo cuadrado incapaz de superar kince minutos en una cancha de grass artificial. Ahora keda un cuerpo que sufre hasta lo insufrible para mover extremidad alguna al levantarse de la cama todas las mañanas. Ahora keda un cuerpo gelatinoso y no muy estétiko. Ahora, y esto es lo k más me preocupa, keda un cuerpo impotente y débil k se emborracha sólo con dos cervezas, como si fuera una abstemia lady virginal.

De nada sirve tener cara de kinceañero y estatura de primarioso, si mi físiko parece de un nonagenario. Me miró calato al espejo, y pienso: "me estoy poniendo viejo, conchesumare".

jueves, 26 de junio de 2008

A goleadas aprendí

Nosé en k momento la cagué. Nosé en k día, mes o año de mi vida empezó a gustarme el fútbol. Mi frágil memoria desmemoriada no guarda rastro alguno del momento exacto en k decidí dejar de escalar y embetunarme de tierra y arena en los cerros aledaños a mi kasa talareña para irme a jugar pelota con mis ya pichangueros amigos. Tampoko rekuerdo, en mi infancia, haber sido hincha de algún ekipo, ni sikiera del glorioso y otrora taladro del norte, el Torino de Talara. Mi papá, con gran tino, nunka me incitó a vestirme de celeste, granate, rosado, crema o azul. Nunka, y eso se lo agradeceré eternamente. (Odio a los tarados papás k visten a sus bebés de camisetas de ekipos de fútbol, pensando, cojudos ellos, k sólo así serán de su mismo ekipo, ajj). Tampoko rekuerdo haber pedido de regalo por navidad o en mi cumpleaños una pelota, chimpunes, canilleras, rodilleras, suspensores, o cualkier indumentaria futbolera. No rekuerdo. Lo k sí rekuerdo, con suma vagancia, es k mis amigos, pendejos ellos, siempre solían ponerme de arkero, lo k confirma mis sospechas: era una completa res para el soccer.

Así pasé toda mi primaria, desprestigiando y subestimando al deporte más lindo del mundo. Pero un día, no rekuerdo cual, la vida del enclenke y cojinova infante cambió. Como por arte de magía, (créanlo, fue magia) su vida cambió. Un día, asumo yo, alguien me pasó la gordita, una Mikasa roja con blanca, yo la paré con una habilidad endemoniada, la levanté con un par de finos tokes y empezé a dominarla con un dribbling maradoniano. No podía creerlo. De la noche a la mañana, en un abrir y cerrar de ojos, pasé de un maleta e inútil arkero a un pedido y aclamado diez.

Desde ese momento, desgraciadamente, empezó a gustarme el fútbol. No me perdía pichanga ni campeonato alguno del colegio, me rompí el brazo dos veces por kerer hacer guachitas, hasta me probé en la selección de la universidad (fui choteado sin pestañear debido a mi corta y risible estatura). Me compre mis chimpunes, unos Umbro y luego unos Diadora blancos, bravazos. Tambien canilleras, unas Adidas de la Parada. Me volví hincha de un ekipo, me compré todas sus camisetas, originales claro está. Iba al estadio cada vez k podía, y hasta llegué a llorar varias veces por un partido perdido. Y de la selección peruana ni hablar, era el más acérrimo, ingenuo y soñador hincha k el sufrido Perú tenía. Más hincha k Beingolea. Cada decepción era perdonada, cada traspié era olvidado, cada goleada era aceptada y pasada. Siempre estaba, en las buenas y en las malas. Creo k mi fiel característika de masokista agudo nació con el fútbol. Pork ese masokismo k tengo por kerer a chikas inqueribles a pesar de todo, sólo se compara con el amor k le tengo, o tenía, a la celeste y la rojiblanca.

"Pero ya pues huevón, ya mucha huevada. No seas abusivo pues cojudo. Esta bien culantro pero no abuses", me dijo una amiga, bien cariñosa ella, cuando le conté k había gastado un platal por una entrada al estadio para ver jugar a la selección. No ganamos. Luego falté a mi clase por ver a otra vez a Perú, esta vez por televisión. Nos golearon, por enésima vez. Hoy volví a faltar a clase por ver a mi ekipo, mi ekipo perdió. La decepción haceme preguntar: ¿Mamá, pork me pariste en el Perú?. Las respuestas están no habidas.

Decepcionado y envidiosísimo (luego de ver la Eurocopa), recuerdo las sabias palabras de mi sabia y cariñosa amiga, "...ya mucha huevada", ahorita ellas suenan muy fuerte en mi cerebelo. Temo k le haré caso. Derrotado y cabizbajo me lamento y pienso en voz alta: hubiera kerido nunca dejar de jugar en los cerros aledaños a mi kasa talareña, hubiera kerido nunka recibir una pelota Mikasa, hubiera kerido nunka crecer, hubiera kerido nunka kerer tanto al fútbol (ni a las mujeres). Las camisetas peruanas y celestes serán guardadas, las entradas serán kemadas, los chimpunes blancos y las canilleras de la Parada serán regaladas. Los cántikos, gritos y mentadas de madre serán prohibidas. El masokismo será desterrado. Señores, un gran libro se cerró. Amén.

Ahora me dedikaré al tennis, ¡he dicho!... ¡Everybody loves Horna!

domingo, 15 de junio de 2008

¡Es papá!

Papá de rostro serio y mirada dura. Tu sola presencia asustaba y ahuyentaba a las pokas incautas muchachonas k alguna vez cayeron en mi kasa. Tal vez por ello nunka regresaron. Pero la verdad es k detrás de esa postura dura y militarizada se esconde el ser más blando y bueno k jamás haya visto el planeta tierra.

Papá profesor y consejero. Nunka olvidaré la primera vez k, caminando por el malecón de Punta Arenas, me dijiste, con miedo de inexperto papá, k use condón. "En Lima abundan las chikas liberales, las putas. Así k cuidate cojudo, no me hagas abuelo aún", me aconsejaste. Yo, en esa époka, era un triste chiko virginal. Eres un as con los números, como buen ingeniero de la UNI. Si alguna vez fui medalla de oro en matemátikas y ajedrez, fue pork tuve de profesor a un genio de genios. Te agradezco, mi kerido profesor, también, por haberme enseñado a manejar carro, aunk hasta hoy tenga k decirle, con roche, al cuidacarros k, por favor, me estacione el auto.

Papá jovial y deportista. Aunk nunka has sido el alma de la fiesta, sí has sido el más bailarín. Te transformabas con el Meneito de Natusha y el Caballo Viejo. No puedes mentir, los videos familiares te delatan. Recuerdo, también, nuestras maratones dominikales por la playa. A pesar k me duplikas la edad, tu físiko es envidiable. Hasta ahora no entiendo como puedes darle tres vueltas al Pentagonito y luego regresar a la casa caminando como si nada, cuando yo no llego ni sikiera a darle una vuelta, y luego tengo k tomar taxi o pedir un balón un oxígeno. Pero eso sí, en fútbol, siempre te gané. Lamentablemente no tienes esa habilidad de manejar un balón con los pies. Yo sí.

Papá esposo y ejemplar. Llegaste a la capital desde un pueblito lejano de la selva peruana, sin nada k perder, pero con un costal repleto de sueños por cumplir. Ahora, luego de lucharla y sacarte la mierda, lograste casi todo, tu solito. Me regalaste la mejor mamá del mundo. Nos regalaste una vida cómoda. Nos sigues dando lo k tu nunka tuviste a nuestra edad. Eres sorprendemente incorruptible, prefieres pagar injustas multas en vez de coimear a corruptos policías. Cuando sea papá, kisiera ser como tú, pero no tener hijos como yo.

Papá de sentimientos frágiles. Esos sentimientos k te brotan cada vez k hablas del abuelo, tu papá, k te cuida desde cielo. Nunka antes te habia visto llorar, pensé k nunka llorabas, pero el día k el viejo, como tu lo llamabas, nos dejó, lloraste como un niño. Ese día me di cuenta lo vulnerable k eres, ese día entendí k los papás también lloran.

Papá solidario y generoso. Igual k el abuelo. Eres capaz de kitarte la camisa, en pleno invierno, para abrigar al necesitado. Solías dejarme sin propinas para dárselas al niño k no tenía para comer. Eres el úniko papá k deja veinte soles de propina por un consumo de diez. Postergaste tus merecidas vacaciones a Europa, por pagar mi viaje de estudios en gringolandia. Prometo yo pagarte esas vacaciones, algún día.

Papá de desencantos. Sí, también de desencantos. Como cuando me bautizaste sin preguntármelo. Como cuando me obligabas a cortarme el pelo pork "pelo largo es de rosketes". Como cuando te escuche por primera vez ronkar. Me tendrás k perdonar papá, pero así como odio al Hi5 y a los zancudos, también odio a los ronkadores.

Papá de juegos y cariños. Rekuerdo un juego, el más esperado del día. Tu llegabas del trabajo (el sonido del motor de ese viejo volkswagen amarillo y los ladridos de nuestra preciosa collie, te delataban) cargando tu eterno maletín marrón. Entrabas a akella espaciosa casa talareña silbando esa melodía k te caracterizaba. Nosotros, tus tres hijos, ni bien escuchábamos tu silbatina, emprendíamos veloz carrera, con trampas y cabes inkluídos, hacia tu cuello. El k se soltaba perdía. Tu nos agarrabas como podías y nos besabas, raspando tu barba con nuestras lisitas caritas. ¿Quién soy yo?, nos preguntabas tambaleándote. Nosotros gritábamos al unísono: ¡Es papá!

Gracias por enseñarme a ver la vida, a través de tus ojos. Feliz día, papá.

miércoles, 28 de mayo de 2008

29 de Mayo

Viernes, 29 de Mayo de 1982 (0 años)
Luego de menos de nueve meses de vivir, solo y calientito, en el paraíso, este humilde servidor, para desgracia de muchas, vió la luz. Todos eran felices en kasa. Pero la agonía cumpleañera estaba por empezar. Como diría el F: el anticristo ha llegado señores.

Lunes, 29 de Mayo de 1997 (15 años)
Luego de recibir los regalos de cumpleaños, léase colonias Old Spice, desodorantes Rexona, medias blancas, calzoncillos multicolores, pañuelos k nunca usé, polos baratos y risibles propinas, tokó la hora del desesperante japiverde. (Y akí kiero ser un parentésis, kiero dar mi comentario sobre el maldito japiverde. Ese par de interminables minutos en k las gentes cantan de memoria y te miran fijamente con sonrisa fingida y aplausos desganados son tal vez los minutos más ridículos y vergonzosos k uno tiene k aguantar anualmente. En esos eternos momentos no sabes si reirte, cantar, llorar, gritar, mear, o cagar. Sólo kieres k acabe esa tortura. El japiverde ha dejado un trauma en mí, lo odio.). Luego del cantito ese, agacho mi cabeza velozmente, y cuando estoy a punto de soplar, por no decir escupir, las misias velas de la misia torta, aparece el infaltable e inefable bullanguero, k alarga el protocolo gritando a viva voz k el cumpleañero pida un deseo, yo lo úniko k deseo en ese momento es k lo parta un rayo al malnacido ese. Pero yo, un niño obediente y casi nerd tenía k hacer caso, entonces, maldiciendo en silencio al susodicho o susodicha ser, pido un deseo (Deseo: k a los 26 años sea riko y tenga esposa bonita). "K lindo Danielito, todo un kinceañero", me dicen las tías. "Ya estas grande, todo un hombrecito", y me agarran los cachetes. "¿Cuántas costillas tienes sobrino?, ¡yo a tu edad tenía como cinco!", me dicen los tíos, pendejazos ellos. Las muestras infantiles de cariño no cesan. Los adultos, ingenuos, creen k a esa edad uno aun no sabe los k es un poto o unas tetas, cuando la verdad ya nos vimos toda la temporada de la Serie Rosa, y desde los trece años ya somos onanistas a tiempo completo.

Lunes, 29 de Mayo del 2000 (18 años)
Luego de media docena de Pomalcas rubios, esos de las bolsas de la fuertísima y pajeable Viviana Rivasplata. El anticristo llorón, junto con sus jauría de lobos y lobeznos, va en buska de su presa, de su premio, de su regalo de cumpleaños. Ya es hora de debutar. "Es mi cumpleaños negrita, trátame bonito".

Viernes, 29 de Mayo de 2003 (21 años)
Debido a la ausencia de trabajo remunerado, ese día en mi depa el alcohol se limitaba a un par de cajas de cervezas Doradas, un par de Cartavios Black, y un inalcanzable, apetecible y donado Bacardi, k un primo, panudo él, me había llevado, pero k al final mi madre escondió para k mis amigos, talareños ellos, y yo, no sigamos bañándonos en alcohol. Mi mamá, desde ese día, se convirtió en persona no grata para Talara.

Martes, 29 de Mayo de 2007 (25 años)
El cumpleaños más triste de la historia. Las penas las tenía k ahogar en algo más fuerte k unas simples chelas (el ron y el vodka, a los 25, asesinan), pork las mierdas sabían nadar. Así k del cielo cayó un pisko, y el llorón lo recogió, se lo bebió toditito y bien lindo kedó. Akel peruanísimo y cañetano pisko fue the best gift eva. Gracias a las fotos k nos tomamos con los no muy pokos k aterrizaron en mi kasa pude ensamblar mi memoria, arreglar mi powerpoint, y agradecer a los k llegaron cuando la tele ya se me había apagado.

Jueves, 29 de Mayo de 2008 (26 años)
Hoy es mi cumpleaños. Estoy trabajando como negro para pagar deudas, y tristemente soltero. Pensando en el deseo k pedí en mi cumpleaños número kince. Nosé si reir o llorar. Lo k sí sé es k hoy compraré globos, cotillón, una torta, ventiseis velas, me cantaré el japiverde solito, y, también solito, pediré otro deseo. Espero k sea el último.


Memorias - Daniel F

domingo, 11 de mayo de 2008

Gracias mamá

Una de las razones, y la únika creo, por las que me hubiera encantado ser mujer, y pork la k a veces entiendo a los gays, es por la oportunidad k les da la vida de ser madres. No hay oficio más lindo y conmovedor k la de ser mamá. No hay. No importa si te convertiste en madre al azar (pork fue un momento de pasión desenfrenado, pork hiciste mal los calculos de los días, pork te dijeron la cabezita nomas, pork el enamorado inmaduro, carreta y precoz kiso hacer la del video porno, pork te agarraron despechada y/o borracha, o pork el condón era barato), o, en cambio, producto de un proceso planifikado y bien cuidado. No importan las maneras, y no vamos a discutir la debida aplikación de dichas maneras, sólo diskutiremos los resultados de ellas.

Ser mamá es de putamare, lindísimo, pero la mayoría de hijos nunka nos damos cuenta. Recién abrimos los ojos y nos destapamos el cerebro cuando los sobrinos empiezan a aparecer por docenas, y nos brota la sensibilidad al convertirnos en inexpertos, torpes e inútiles niñeros. O cuando tienes la suerte de meterte en la vida de una madre, y empiezas amar a su hijo como si fuera tuyo. Es ahí recién cuando el rol de ser madre se convierte en algo envidiable para los k nunka podremos serlo.

Ser mamá es ser de todo un poko, desde niñera hasta doctora, pasando por cocinera, lavandera, policía, guachiman, consejera, profesora, cargadora y amadora, sin cobrar sueldo monetario. Pero la mamá es feliz siendo una mil oficios ad honorem y no espera recibir lo mismo, lo hace sólo por el simple y puro amor que siente por sus hijos. Ese sentimiento k no parece de este mundo. Ese amor extraterrestre, incomparable, k nunka se igualará. Es k el amor de madre es simplemente úniko.

Es cierto k la mamás no eligen a sus hijos, ni los hijos elegimos a nuestros mamás. Simplemente nos toka. No es como elegir de kien enamorarte, o elegir k carrera estudiar. De millones de mujeres, una de ellas será tu mamá, tu nunka la elegiste. De millones de espermatozoides, tu tuviste la fortuna de nacer, tus papás no te eligieron. Pero el destino y la suerte los une, o los unirá algun día. Es un amor sin recetas, sin prescripciones. Un ciego amor k funcionará siempre.

Pero, nosotros los hijos, somos unas mierdas. Cuando somos unos desubikados púberes la rebeldía nos inunda. La mamá es nuestra enemiga number one, la indeseable, la fastidiosa, la metiche. En esas epokas los reclamos, sin base, son lanzados con veneno y puntería. "No te metas en mi vida, mamá", solemos gritarles, haciéndolas, a veces, llorar. Cuando la verdad es k nosotros fuimos los conchudos k nos metimos en sus vidas primero, por nosotros ellas sacrifikaron juergas y amigos, por nosotros cambiaron sus vidas, por nosotros dieron su vida, y ellas están felices por ello, y dejarán k nos metamos en sus vidas las veces k keramos. Siempre solemos ser injusto con los k más nos dan, con los k más nos kieren. La irracionalidad y la imbecilidad humana es tal k hasta hacemos llorar a los k nos dieron la vida. Debería haber castigo eterno para akellos delincuentes.

Nunka podré ser mamá, y si mi vida sigue así ni papá seré, pero tengo la suerte de tener a la mejor mamá del planeta tierra y balnearios, y tuve la suerte, un día, de tener a mi lado a las dos mejores mamás del mundo. Y nosé si agradecerle al reencuentro, al destino, a mi papá o a Dios por tremendo regalo, k como hijo, nosé si me lo merezco. Sólo espero algún día devolverle sikiera el 1% de todo lo k hizo por mi, y ojalá k mi mamá esté conmigo cuando ello suceda.

Por eso mami kerida, te digo gracias. Gracias por todo, por las propinas inmerecidas, por los permisos, por los sacrificios, por las discusiones en la k siempre me dabas la razón sin yo tenerla, gracias por las segundas oportunidades, gracias por entender mis decisiones y mis sentimientos, gracias por perdonarme las decepciones y mis borracheras, gracias por aguantar mi terkedad y mis malcriadeces, gracias por levantarme de mi tristeza, gracias por preocuparte por mi y cuidarme aun cuando yo me crea invencible. Gracias por ese amor eterno e incondicional. Gracias por confiar en mi. Gracias por creer en mi. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias mamá, por ser mi mamá.

Angelito cantándole a su mamá

lunes, 5 de mayo de 2008

Mil oficios

No soy bankero ni gerente, menos empresario. No trabajo en el estado ni en ninguna empresa transnacional. No gano cifras exorbitantes, como algunos de mi promoción, ni tampoko manejo carros del año, como muchos de mi promoción. Pero me gusta mi trabajo, y me gusta pork, aparte k aprendo, me hacen sentir importante, además pork entro a las diez de la mañana, pork salgo cuando kiera, pork mis almuerzos duran tres horas, pork no uso terno, pork puedo escribir este post mientras trabajo en mi espaciosa oficina (no cubículo, o-f-i-c-i-n-a, ubíkate), pork puedo dormir en esta silla reclinable, pork nadie me ayudó a conseguir esta chamba, pork sufrí millones en conseguirla. Esos millones k me hubiera ahorrado si es k tan sólo hubiera escuchado a mi viejo, en esas épokas de inestabilidad adolescente.

Mi papá siempre me decía, desde k yo era un cachimbo dieciseisañero, k para conseguir un buen trabajo tenía k sacarme la mierda, léase estudiar mucho, sacrifikar juergas y cosas banales, cambiar mis numerosos malos hábitos, y hasta renovar mi catalogo de borrachosos amigos y cariñosas amigas por otros más "responsables y maduros" (sic).

Yo, terko, tapado y contreras as usual, obviamente no le hice caso. Nunka estudié como debí (los onces y los suplikatorios dan fe de ello), los malos hábitos se conservan casi inamovibles, y la renovación de amigos sigue en stand by.

Es así k cuando llegúé, por fin, a los últimos ciclos de la universidad, me di cuenta de la verdad de los sabios consejos de mi padre. Ser el úniko alumno con zandalias, chullo serrano, cara legañosa, sin bañarse, y vistiendo shorts y polos multicolores ya no se veía tan fashion en medio de tantos ternos oscuros, corbatas coloridas, camisas planchaditas y linchecitas, y peinados engominados de mis trabajadores amigos. Ser el úniko desempleado del salón, a esas alturas ya era muy rochoso y vergonzoso.

Así k decidido a no ser la oveja negra de mi promoción universitaria (suficiente con serlo de la familia), me puse mi mameluko de jean y mi kasko de ingeniero, y empezé a mandar currículums casí vacíos y bien risibles a todo el mundo empresarial para lo k sea. El trabajo dignifika, me habían dicho.

Mi primer trabajo fue como encuestador, ya hace varios años. Mi ingenuo y abusivo empleador me contrató para hacer encuestas en las zonas más vapuleadas de Lima, léase conos y el Callao. Mucha veces fuimos, mis amigos encuestadores y yo, robados, correteados, aganzados, asustados, botados, y casi vilipendeados por los cardúmenes de pirañitas k pululaban y pululan por esos lares. No saben cómo extraño mis zapatillas Troops con luces. Choros de mierda.

Cansado de tanto maleteo, pasé, orgullosísimo, a un banco. También era un trabajo de campo en dónde la ¿ventaja? de conocerme Lima desde Casuarinas hasta Carabayllo y tener brevete, me dió la oportunidad de ganar un sueldo jugoso para ser un mediokre estudiante de universidad.

Me aburrí de esa chamba y entré a, tal vez, la peor chamba del planeta, luego del de prostituto. Otro banco me contrató para ser vendedor de tarjetas de crédito, aj aj y aj. No hay mucho k decir, sólo k gracias a mi, varios de mis amigos ahora están en Infocorp. I'm really sorry.

Una empresa estatal, la más grande del país, me salvó la vida. Gracias al nepotismo y corrupción k reina en el gobierno, pude entrar. Fue mi primer trabajo de saco y corbata, el más decente de todos. Practikante del área de Finanzas, nada menos, y bien pagado. Un año despues y diez kilos de más, gracias a la gran vida k me metía con mi añorada, me botaron.

Cuatro meses después y ya egresado de la universidad, una AFP, la más rentable del medio, se apadió de mi estado catatóniko, de mi estado de pobreza económika y espiritual por la k pasaba en ese momento, y me contrató. Me convertí en un amateur Analista de Inversiones, creo k hice kebrar a muchos ancianitos.

Un año despues, y ya en el 2008, después de un merecido descanso laboral por gringolandia, he conseguido un nuevo trabajo. Luego de una ardua buskeda claro está. Ahora soy parte de la PEA activa, créanlo.

¿Kién se iba a imaginar k ese jovenzuelo con ropas estrambótikas k se dormía en absolutamente todas clases del nido, del colegio y de la universidad, ese chiko con una experiencia laboral digna de un mil oficios sin oficio, ese chiko k nunka escuchó los consejos y crítikas constructivas de sus padres, ese chiko k prefiere escribir tonterías en un blog k leer el Gestión o El Comercio, iba conseguir un trabajo tan envidiable por muchos economistas? Yo no, mi viejo menos.

viernes, 18 de abril de 2008

Lokuras

Mientras disfrutaban de sus apetecibles almuerzos, hablaban tonterías y se reían como niños traviesos, sorpresivamente, la difícil M se kedó kallada y pensando. Luego posó su mirada sobre el bondadoso B y le preguntó: "¿B, pork me kieres tanto si yo no te kiero?". Al escuchar eso, la sonrisa desapareció del rostro de B. La miró con una mezcla de sorpresa y resignación, se acercó a su oído y le preguntó, despacio: "¿Pork TU no me kieres si yo te kiero tanto?".

Es tranka responder este tipo de preguntas, aunk parezcan fáciles. Los más fríos y calculadores seguro responderán con esa lógika k carakteriza a sus corazones y con esa falta de experiencia markada k tienen en el ámbito amoroso. Responderán con esa insoportable pana y ese falso conocimento k, segun ellos, dicen tener. Dirán k la respuesta es fácil: k B debería dejar de buskar a M, y punto. Hace un par de años, yo, tal vez, les hubiera dado la razón, hasta k me pasó, y me di cuenta k las decisiones más lógikas son, a veces, las más ilógikas.

Al terminar su almuerzo, B y M salen a caminar, en silencio. Ninguna palabra es dicha. Caminan mirándose de reojo, pero sin pronunciar nada. Al despedirse, M le zuzurra al oído a B, "pork soy un loka de mierda". B sonríe y le dice, "somos, somos unos lokos, unos lokos de mierda".

Daniel F, en tal vez su canción más tierna, directa y corta k haya escrito ever, y k lleva por título el mismo k este humilde blog, nos explika el signifikado de la lokura en el amor y todas sus variantes. Nos dice, con esa autoridad k se ha ganado, k el amor y el desamor nos vuelven lokos, nos alegra, nos caga, nos pone feeling, nos pone duros. La maldita lokura nos agarra, al azar, por los dos lados.

El lado en k la lokura nos hace dibujar imagenes en el cielo, y emocionarnos con la luz de una sonrisa, y decir te kieros sin esperar nada, esa es la lokura de lucharla hasta el final. Y el otro lado, k es la lokura k te vuelve frío, sin ganas de kerer, sin promesas k cumplir, la lokura de la desesperanza, de la indiferencia, del ya fue.

Es k en verdad hay k estar loko para kerer públikamente a alguien k no nos kiere. Y también hay k estar loko de remate para no kerer a alguien k nos kiere públikamente y lo demuestra. Ambos casos son las injusticias más grande k tiene este sentimiento. Nosé cual de los dos es más doloroso. Lo úniko k se es k el amor es incongruente, ilógiko, injusto, indescifrable, atípiko, inexacto y loko. Pork nos hace actuar como lokos, y hacer lokuras. Ya sean lokuras de amor, como las del bondadoso B, o las lokuras de desamor, como las de la difícil M.

domingo, 13 de abril de 2008

Mi soledad y yo

Ha vuelto. Ha regresado. Ella y todos sus compinches. Creo tener una relación de amor y odio con ella. Nos extrañamos mucho, nos amamos y nos odiamos. Pero ahora la muy conchuda ha regresado y me ha cagado otra vez. Aunk confieso, y acepto, no ha regresado con esa fuerza mortal con k solía regresar en épokas pasadas, k con sólo su aliento me mandaba al hueco más profundo y oscuro k jamás haya existido. No, esta vez ha regresado más bondadosa, tal vez sabiendo del daño k ya ha cometido en mí. Quizá se esta apiadando de mí. Quizá le doy pena. Será por eso k ha regresado tokando el timbre, pidiendo permiso. Tal vez kiere hacer las pases, y volver a amarnos y divertirnos como lo solíamos hacer. Nosé. Pero ha regresado, y hay k cuidarse. Ella es impredecible, traicionera, uno nunka sabe k pasará, no sabes k te hará. Por eso mi casco de minero, mi espada de Leonó, y mi escudo de tapa de basurero están atentos y listos para ser usados en alguna posible batalla contra ella, la maldita soledad.

Y como ya lo dije en un post anterior, la soledad, otrora amiga y fiel acompañante de mis monólogas tertulias, no llega sola. ¡No!. Llega acompañada de un batallón armado de barras bravas, de un ejército de fortachones guardaespaldas, de una jauría de feroces kamizakes, k son los k te dan el golpe mortal, la puñalada final, el knock out. Por eso hay k tenerle cuidado a la pendeja soledad, y mirarla con ojo wachimanesko. No debemos confiar en su aparente pasividad.

A veces me pregunto el pork de su regreso. Me pregunto si la soledad regresa pork le da la gana, sin ser invitada, como un boomerang, para darte una dosis de tristeza en el alma cuando se está muy contento. Como keriendo demostrar k no existen vidas felices, k la soledad y la tristeza son parte de esta injusta vida. K nadie se va salvar de ella. Como la ruler en las mujeres. O, tal vez, regresa pork uno la invita, abriendole la puerta de par en par con nuestras ilógikas decisiones, en otras palabras, al cagarla. Desconozko mayormente.

Tal vez la cagé o regresó sin previo aviso, no lo sé. Pero ahora todo es diferente. La odio. Me odia. La cruel soledad ronda mi casa, mi trabajo, mis caminos. Y aunk no es la misma fatal soledad de antaño, igual hace daño.

Dicen k hay k aprender a vivir con ella. Eso estoy tratando, pork parece k no kiere irse la muy terka, aunk, lo acepto, mi terko masokismo y mi irrazonable lokura amplían su estadía. Esperemos si puedo con ella, o si puedo compartirla con alguien.

Señores, la batalla ha comenzado.

sábado, 5 de abril de 2008

Felicidad

Cuando ya palidecía de tanto esfuerzo, cuando ya las fuerzas no respondían a los estimulos cerebrales, cuando ya la motivación se evaporaba como la Crush, cuando ya el desgano y la tristeza derrotaban por goleada a la proactividad y a la felicidad, cuando ya la cólera invadía mis venas, cuando ya el arrepentimiento de volver a Perú me envolvía confianzudamente, cuando ya la billetera se volaba por su flakeza, cuando ya estaba pidiendo chepi, ella por fin llegó.

Fueron ciento cinco días de espera; cuarenta y siete empresas de todos los tamaños; cuarenta y siete aburridas entrevistas; cuarenta y siete lavadas de una veintena de kamisas de todos los colores; cuarenta y siete bividís, calzoncillos y medias; veinticinco lavadas de una docena de pantalones; diez lavadas de dos pares de ternos; kince corbatas; cuarenta y siete soles por cada lustrada de zapato; decenas de distritos; cientos de soles en pasajes; decenas de soles en copias; miles de minutos en internet; cuarenta y siete taxis de ida; cuarenta y siete combis de regreso. Fueron cuarenta y siete recitales de memoria; fueron cuarenta y siete te llamamos.

De repente un día, un miércoles para ser exactos, mientras estaba en mi rutina diaría de raskinbol, sonó el celular, contesté, y, a lo Will Smith en En Buska de la Felicidad, me puse a llorar por dentro y a sonreir por fuera. Tal vez Dios escuchó mis súplikas, o tal vez las de mi mamá, k ya no me aguantaba en kasa las venticuatro horas del día, o tal vez sí sea cierto ese lema k dice k no hay mal k duré mil años, ni kuerpo k lo resista (aunk lo del cuerpo k lo resista lo dudo, pork sí existe: mi cuerpo). La cosa es k Dios se apiadó de mi miseria, de misio, y me regaló lo k tanto había estado buskando: un trabajo. Esa llamada fue mi salvación. Amé a la chika k me llamó, a esa k pronunció: mañana empiezas Daniel.

Sí, estimados e incrédulos lectores, este humilde servidor consiguió, luego de un arduo, largo y paciente trabajo, trabajo. Y aunke, lo confieso, el sueldo no es suculento ni envidiable, el trabajo me gusta, pork hago lo k me gusta, osea leer y escribir. Me pagan por leer, investigar, y luego escribir. Es decir, me pagan por hacer mini-tesis, económikas claro está.

No les diré donde trabajo pork no interesa. Lo importante es k, a partir de fin de mes, ya no tendré k sufrir por pagar mis deudas, ya no tendré k tokar puertas con kara de prestatario, ya no tendré k meterme en negocios oskuros e ilegales, ya no tendré k gorrearle centavos a mi mamá, ni tendré k disfrazarme de camarón. Ya no tendré k ir a menús ni a chifas baratos, ni a sanguchomes misios. Ya no tendré k ir a los cines sólo los martes. Ya no tendré k subirme a combis repletas, ni ver los partidos de futbol por televisión. Ya no tendré k raskarme el diente, ni kedarme obligado en kasa los fines de semana. Ya no, not anymore.

A mis numerosos, pacientes, y, ahora, felices acreedores: Por favor, tengan compasión de mí.

Daniel tiene trabajo. Increíble. Es para llorar... de felicidad.

lunes, 31 de marzo de 2008

Cuestión de peso

Hace aproximadamente kince meses, mis míseros ciento sesenta centímetros de estatura aguantaban, heroicamente, casi setenta kilos de grasas saturadas, incluída una gelatinosa y prominente panza, unas llantazas k se asemejaban a un salvavidas incorporado, una papada k ocultaba y ninguneaba mi manzana de Adan, y unos cachetes de marrano. Es decir, hace kince meses era un res, casi un hipopótamo, un camote con piernas, un paketito, como me bautizaron por ahí.

En sólo cinko años, pasé de talla 28 a 32 en pantalón. De 16 a M en polos. Los cuellos de las kamisas no me cerraban. Tenía 23 años pero aparentaba un señor divorciado y gordinflón. Nada me kedaba bien. Nada. Sin embargo, yo seguía tragando. Total, así me kieren, decía yo. Y sí pues, nose cómo con ese decrépito y calamitoso estado físico, mi enamorada de ese entonces me kería. Sí, estaba con enamorada, créanlo. En esa época, k alguién me de bola ya era caso raro, k estén conmigo era inexplicable. El amor es ciego, dicen.

Es k ser chato y gordo es, tal vez, la peor mezcla física k exista en un ser humano. Analizemos, ser alto y gordo es un gordito rikotón, un peluche, o un fuerzudo vip. Ser chato y flaco puede ser un habilidoso deportista, o un lindo chatito. Pero ¿chato y gordo?, ¿k mierda es eso?, es un deforme total. Un aj.

Lima es la culpable de todo ello. La vida sedentaria, sanguchera y alcoholizada k Lima me regaló, después de acabar el colegio, hicieron k mi cuerpo se metamorfoseara y empezara a crecer horizontalmente, mas no verticalmente, como yo, hasta ahora, sueño. Y lo peor de todo es k frente al espejo yo me veía flaco y musculoso. Es decir, era un anoréxico de la gordura. Pero la verdad es k me estaba afeando, estaba feo, era un feo. La atracción k alguna vez tuve, si es k la tuve, había desaparecido. Mi chika, terminándome, me lo hizo saber.

Con esos numerosos kilos en mi haber, viajé a gringolandia, de donde mi hermana, una chika flaca y patilarga, había regresado con casi diez kilos de más. Osea, los pronósticos y predicciones sobre mi futuro peso eran de los más pesimistas. Daniel va regresar hecho un Zambo Cavero, pensaban todos.

Casi medio año después regresé, y ni mi mamá me reconoció. Los campeonatos de fútbol, un gimnasio gratis, la tristeza, la ausencia de cervezas y whiskies, un menú diario conformado por frijoles y sopas Ramen, y mi autoestima, habían hecho k este humilde servidor pierda, como por arte de magia, trece kilos. No había crecido ni un puto milímetro, ni un ápice, ni un carajo, pero había perdido trece kilos. Ahora pesaba 57 kilos. De viejo gordinflón pasé a ser un risueño kinceañero. Tuve k conseguirme correas nuevas para k no se me caigan los pantalones, y regresar a la sección niños a comprarme ropa.

De eso ya han pasado tres meses, y otra vez Lima, la horrible, me está pasando factura. Acá no hay gimnasios gratis, ni juego pelota seguido, la comida criolla y casera es irresistible, y las cervezas son el pan de cada fin de semana. Sesenta y dos kilos avalan, desgraciadamente, mi afirmación.

Pero esta vez no se repetirá la historia. A partir de mañana el Pentagonito será mi point diario; las gaseosas, las chomp y las markesitas de vainilla desaparecerán de mi menú; el agua y las galletas de soda reemplazarán al alcohol y a los sanguchones; y las vainitas y lechugas serán mis mejores amigas.

¿Gordo otra vez?, ¡'ta 'on, nikagando!.