domingo, 28 de setiembre de 2008

El Lector

Rekuerdo k fui el primero, empatado con mi hasta hoy pataza Héctor, de mi promoción que aprendió a leer bien. Corría el año 1989, yo estaba ya en primero de primara, estudiando en el otrora extrañado Colegio Punta Arenas de Talara. Era un niño nerd, con pelo engominado y raya al costado, cara de pavo (aún kedan residuos de esa cara) y extremadamente trankilo, por no decir taradito. El haber aprendido a leer precozmente me auguraba un prometedor y exitoso futuro cultural, y ya muchos aseguraban k me convertiría en un famoso intelectual o en una eminencia en las letras.

Pasaron los años y el niño nerdcito cambió (o el Chavo, el fútbol o las niñas lo hicieron cambiar). Terminé la secundaria con el récord guinness de haber leído solamente, y por obligación, el inolvidable Paco Yunque, de Vallejo (con el pituko y abusivazo de Humberto Grieve) durante los nueve años de mi existencia escolar. Solamente leía por iniciativa, y sólo para alucinarme sexualmente con Yayita, los Condoritos que mi tío Guillermo coleccionaba religiosamente.

En la universidad las cosas no distaron mucha de mi realidad escolar. Sufría y renegaba cada vez k era mandado a leer incomprensibles separatas y bíblikos libros sobre macroeconomía y precios. Reclamaba, con alma sindikalista, cada vez k mi viejo me hacía leer revistas económikas o el periódiko. En esas lejanas épokas, algunos libros regalados (a pesar de mi poka o nula afición a la lectura en esas épokas, mi viejo insistía en regalarme libros de todos los autores, colores y tamaños) descansaban empolvados en algún escondite de mi desordenado dormitorio, y otros cuantos servían de dulce hogar para no pokas arañas y polillas k solían acompañarme en mis momentos de enclaustro doméstiko.

Es decir, ese prometedor niño lector nunka creció, nunka maduró, nunka aprovechó su estado mediátiko de admirado y aventajado lector. Todas las predicciones habían fallado, todas las proyecciones echas, en todo tipo de escenario, por mis profesores habían sido un total fracaso. El niño k aprendió a leer antes que toda su promoción, kince años después era una completa res, un ignorante, un inculto, un vruto.

Pero desde hace apróximadamente un año algo ha empezado a cambiar. El niño lector k nunka creció esta despertando, resucitando, renaciendo como el ave fenix. Ese potencial y prometedor lector k he llevado adentro toda mi vida está empezando a asomar caprichosamente. Ya ha roto el cascarón y esta recuperando todo el improductivo tiempo perdido durante sus épokas estudiantiles. Curiosamente, y como demostrando mi lado rebelde, justo cuando nadie me obliga a leer, se me ha dado por leer hasta la biblia, cosa impensada por un agnóstiko convenido como yo.

Acabo de terminar de leer el séptimo libro del mes, El Alkimista del genial Paulo Coelho, y hasta ahora ni yo me la creo. ¡Siete libros en un mes! (y ya son varias decenas de libros leídos en lo que va del año). Es un culo para un chiko k nunka leyó en su vida. Seguro se preguntarán, respetables e incrédulos lectores, k no tengo nada k hacer en estos momentos. Pues se equivokan, lo k hace más resaltante mi loable experiencia es que tiempo, junto con la plata, es lo que menos me sobra. El hecho de trabajar, estudiar un postgrado, juerguear, gilear (sin éxito) y hasta tener un blog, ya te deja sin tiempo para otras actividades, pero heroíkamente me las he arreglado para cumplir con todo lo me gusta, desde salir a correr(mela) hasta, claro está, leer. Dormiré menos, pero leo más. Hasta resakeado leo, como el día de hoy, k la lectura minimizó mis naúseas y el dolor de cabeza.

Creo creer cuando empezé a agarrarle el gusto a la lectura: Hace un poco más de un año, un día antes de viajar a EEUU, un gran amigo, Christian, el Jerry Rivera talareño, me regaló (no rekuerdo el motivo) sorpresivamente un libro, Travesuras de las Niña Mala de MVLL. Yo lo recibí con aprecio pero resentido pork esperaba un trago o algo por ahí. Decidí empakar el libro sólo por si acaso las pilas de mi diskman se gastaran durante las casi doce horas de viaje. El sólo ojear el libro y ver tantas hojas y letras juntas me causaban mareos.

Nunka se gastaron las pilas Duracell de mi diskman pero sí me encontré, en EEUU, con una rutina sola, lenta y aburrida, k sumado a una decepción amorosa, me obligó a buskar hobbies k me ayudaran a tener una vida menos deprimente. Una de ellas fue escribir (léase crear un blog), pero así como para cocinar hay k saber comer, también para escribir hay k saber leer. Y así pues, sin kerer keriendo, la soledad, el aburrimiento, este blog y mi pata se habían juntado para empujarme a leer algo. Me leí el libro regalado, y desde ese momento no he parado de leer.

En inglés o en español, novelas o cuentos, gruesos o delgados, bestsellers o desconocidos, sobre economía o anatomía. En el baño o en mi cuarto, en la chamba o en un café, en la combi o en el parke, leo donde sea y lo que sea. Por fin creció el niño lector, dicen las gentes k más vale tarde k nunka, y yo digo k ya es tarde y me tengo k ir... a leer.

domingo, 14 de setiembre de 2008

Mis cartas amarillas

Querida L:

Sí, L, querida. Así como lo lees, (aún) eres kerida, (aún) eres kerible, y (aún) te kiero. Te sorprenderá esta públika misiva, pero me veo en la obligación de hacerlo ya k nunka respondísteme el email k te escribí en donde te propuse, cordialmente y después de varios falsos, ardidos e inconscientes dimes y diretes, hacer una historia novelístika en la cual tú serías la princesa perfecta, la blanca nieves, la bella durmiente (más bella k durmiente, por cierto), la María Mercedes (aunk odie a Thalia), o cualkier papel femenino protagóniko k tú libremente podías elegir, y yo sería, con toda justicia, el malo, el mierda, el huevón o el patán, como así me acababas de bautizar. Daniel "El Patán", me encanta. Hasta para poner adjetivos eres linda, por eso (aún) te kiero (aún) kerida L. Pero como no respondiste mi proposición, asumí e intuyo k no aceptaste. No has kerido ser la estrella de mi pelíkula, aunk tienes toda la pinta de serlo. Con esa hermosa y enamorable sonrisa y ese carilindo rostro la hacías linda, hubieramos sido un éxito total. Pero me choteaste, otra vez. De nuevo no pudiste. Pero no me molestaré kerida L, no tengo porqué. Ya encontraré a otra chika k kiera compartir roles con este humilde patán.

Pero ¿pork no aceptaste mi mágika proposición, platónika L? ¿Acaso estás molesta conmigo?, ¿Qué te he hecho?. Acepto k desde hace un poko más de un mes nuestra relación amikal se está iendo a la mierda. ¿Acaso fuimos amigos?. Pero ¿te has preguntado pork estamos tan mal?. Yo sí.

Y las respuestas son variadas, L. Desde las diferentes óptikas k tenemos sobre lo k es la amistad, hasta nuestros propios, marcados y orgullosos defectos. Tú no aceptaste k te ekivokaste, y yo tampoko aceptaré k me ekivoké. Pork yo sí me sentí mal, yo sí me decepcioné de ti. Yo lo sentí. Tus te kieros y te extraños, luego de tus choteadas y plantadas, sonaban a consuelo, a pobrecito Danielito. Y eso es una de las cosas k más me joden, k más odio, k más me deprimen, y peor si vienen de alguien a kien yo consideraba una amiga especial. Tú eras eso chola, eras mi amiga, una de las mejores. Me demostrabas tanto cariño k muchos de mis amigos creían k eras más k una amiga, y mis amigas hasta celosas se ponían. "Chato, ¿kién es esa tal L?", "¿Kién es esa chika k te deja tantos comentarios en el Hi5?", "¿Kién es esa L k te pone comentarios bien cariñosos en tu blog?, ¿Estás con ella?, ¿Es tu enamorada, tu agarre, tu amiga cariñosa, tu afán?". Yo negaba, con tristeza, todas sus interrogantes.

No lo niego, me encantaban esas lindas demostraciones de cariño, me hacían sentir kerido, y hasta confundían a mi turuleko corazón. Llegar a la chamba y encontrar un email tuyo me alegraban la existencia. Me emocionaba, me ponían en pindinga. Por eso pensé, kerida L, k tu amistad era verdadera y pura.

Pero en los momentos en k la soledad invadía mi vida, en los k me hundía en mis acostumbrados huekos, en los momentos k más necesitaba esa amiga k tanto cariño me demostraba, desaparecías como por arte de magia, te zurrabas, te llegaba al pincho, te ibas. Nisikiera estuviste en mis cumpleaños. Cuando kería amigos k me hagan compañía, k me hagan olvidar, temporalmente, k tengo una vida de mierda, tú no estuviste. Te llamé L, y te kitaste. "No puedo Dani, lo siento", me decías siempre. Te pedí un consejo, y me mandaste un ladrillo. Me volví a sentir mal, y tampoko pudiste. ¿Tan díficil era k te pongas la camiseta de amiga de verdad? Eso no podía tolerarlo, no tantas veces. Se lo tolero a mi vecina o a cualkier cojudita, a ti no L, tú eras mi amiga, y me fallaste. Te cabreaste cuando mi vida pasaba por un maremoto emocional, y regresabas con "te extraños" luego k las aguas ya estaban trankilas. No jodas pues, discúlpame, pero no jodas.

Ahí empezaron los problemas, extrañada L. Tú nunka aceptaste, ni aceptarás, ninguno de los cargos por los k te culpé. Te declaraste totalmente inocente, una víctima, casi una perseguida política. En cambio, sacaste tus garras y me dijiste exagerado, resentido, malo, patán. Sí pues, soy un exagerado de mierda, un puto resentido. Lo sabes muy bien. Pero yo sí estuve contigo en los momentos en k más los necesitabas. ¿O acaso no hice nada por ti, kerida L?. ¿No te acuerdas de la dedikatoria k te escribí en esa etiketa de cerveza en tu cumpleaños de hace 2 años? ¿No te acuerdas k chotié a tutilimundi para ir, solo, a tu cumpleaños, a pesar k después me dejaste de lado? ¿Ya no te acuerdas las eternas y madrugadoras llamadas en donde te dejaba escupir toda la mierda k tenías por culpa de un par de pinches imbéciles k te hacían sufrir, sin importar k al día siguiente yo tenía k trabajar? ¿No te acuerdas de los comentarios públikos k siempre te hacía sólo pork tú me lo pedías?. Perdonarás mi modestia, L, pero creo k yo sí fui un verdadero amigo, en las buenas y en la malas, chochera.

Tal vez mi visión sobre lo k es la verdadera amistad cagó nuestra amistad. Para mí, amigo es el k está en la malas, kerida L, no en las buenas. Los verdaderos amigos se encuentran cuando todo esta oscuro. Y en mis etapas de maldita soledad, tú brillabas por tu ausencia, ¿dónde mierda esta L? Nunca lo supe.

Ya nada será lo mismo L. Hoy, mientras escribo esta carta y te veo, por última vez, en mi lista del msn, se acabó la historia de una supuesta amistad k empezó el útimo día del mes de marzo de hace tres años. Tal vez el mejor año de mi vida. Conocerte fue ver la vida diferente, fue meterme a un cuento de hadas en el cual tú eras la eterna enamorada de lo imposible. Verte era ver a un angel enamorado, a una inocente buskadora de lo perfecto, a una amante sufrida por el injusto amor. Eso eras L. Ahora ya encontraste ese amor k tanto buskaste. Yo seguiré en mi búskeda, ya sin ti.

Me despido agradecido por todas las sonrisas k dibujaste en mi rostro, por las muestras de cariño k nadie me ha dado, por los te kieros, y por haber casi curado un corazón en pedazos. Pero decepcionado pork nada de eso volverá, ni tú ni yo daremos nuestro brazo a torcer, y ambos cumpliremos nuestras condenas por separado.

Te mando un beso, ese k nunka te dí, y un abrazo, esos virtuales k tantas veces me mandaste pero k nunk me los diste en la vida real.

Daniel

P.D. Saludos a tu mamá, tan talareña como yo.

lunes, 8 de setiembre de 2008

Mi Ramadán

Según Wikipedia (nosé kien habrá inventado ese imprescindible atlas-diccionario-periódiko-libro-enciclopedia virtual k me ha salvado de muchas situaciones en las k la ignorancia, mi ignorancia, reflotaba ante las jodidas preguntas de mis pinches jefes y sabelotodo profesores. Desconozko mayormente (como dirían los corruptibles, sucios y gordinflones tombos peruanos), kién lo habrá inventado, pero desde akí, a la distancia, le agradezco al dueño de Wikipedia por haberme enseñado, en tan sólo unos meses, más de lo k me enseñó el colegio y la universidad en casi 23 años de constante e ininterrumpido estudio), el Ramadán es el noveno mes del calendario musulmán, y es mundialmente reconocido pork los musulmanes (valga la redundancia), bien machos ellos, ayunan y se abstienen sexualmente durante el día, y sólo puede comer y tirar mientras el gringo, léase el sol, se oculta entre los océanos pacíficos, atlántikos, índikos o ártikos. Oséa sólo comen y tiran de noche. ¿Chukulún mañanero? No way. Pobrecitos.

Yo me enteré de esta costumbre de ayunar y abstenerse sexualmente en el Ramadán (k dura un mes apróximadamente) gracias a mi pata Ahmed, un irakí flaco, barbon y cejón, k se convirtió en mi mejor amigo cuando fuíme a estudiar a tierras mississippianas, allá por gringolandia. Ahmed, harto religioso mas no fanátiko, me desasnó acerca de esa costumbre y de otras más. Me destapó el cerebro, y me hizo ver k ser musulmán no significa ser terrorista, ni kamikaze, ni Bin Laden, ni Al Qaeda, ni 11 de Setiembre, ni tampoko kiere decir k te tiras a tus primas y tienes hijos con tus tías. Nada de eso. Bush y compañía han hecho k las gentes ignorantes pensemos eso.

Ahmed, pues, se limitaba a comer sólo en las noches. Solía invitarme a sus brutales, gratis y árabes buffets nocturnos en donde, felices hasta el orgasmo, tragaba(mos) como si no hubiera(mos) comido en todo el día. Aunk yo no ayunaba, mis almuerzos se asemejaban bastante al ayuno o a una dieta mortal: una quimikísima y microwavable sopa Maruchan y una barra de chokolate eran lo úniko k solían habitar en mi estómago en esas épokas misias de estudiante internacional. Ser piticlín le ahorraba ciertas aguantadas situaciones a mi kerido amigo Ahmed. Así k la abstinencia sexual no era un problema para él.

Pero para mi sí, no comer y no tirar es un castigo inkisidor, un inaguantable proceso sin fin, un suicidio implacentero. ¡Y claro k he pasado por esas épokas!. A pesar de mi agnosticismo, yo también he tenido mi Ramadán. Confieso, sin mucho orgullo, haber pasado por esos impremeditados ramadanes gastronómikos y sexuales.

Rekuerdo, por ejemplo, esas épokas de alcoholizadas e interminables juergas k empezaban cualkier día de la semana y se podían prolongar, sin primeros tiempos y sin sentirlo, hasta por tres o cuatro días. Días en k sólo se me ocurría alimentarme de noche y madrugada, ya sea con grasosos sanguchones campesinos, pikantísimos caldos de gallina, calientísimas pizzas hawaianas, o askerosa comida casera congelada. Pork cuando el sol alumbraba en esta parte del planeta, éste humilde e inmaduro escribidor encontrábase privadísimo en su cama (o en la de alguna parrokiana) tomando una larga, obligada y resakeada siesta, desde el alba hasta el ocaso, en donde ya la inercia y las naúseas lo hacían levantar.

También rekuerdo esa épokas, post mi primera vez, en las k la libido kinceañero regresaban con fuerza y se apoderaban de mi cachondo cerebro, haciéndome pensar y recordar akella primera vez en la k fui capaz, campeón yo, de llevar a una chika a la cama (o al mueble en este caso). Esos rekuerdos me exitaban y kería a como de lugar mi segunda vez. Estaba seguro k lo lograría al instante. Pero la realidad me hizo bajar de mi nube. Me demostró k esa primera vez fue sólo una mera casualidad, un azar del destino, un toke de suerte. Ese supuesto éxito no fue pues, consekuencia de mis habilidades de macho gilero, ni consekuencia de mi verso florido e incendiado, ni tampoko consekuencia de mi mirada matadora o mi porte atlétiko, nada. Sino k tan solo me cruzé con una perruña borracha y despechada (esas k abundan en Lima) k salió de su kasa pensando en tirarse al primer huevón k se le cruze: y yo me le cruzé. Tuvieron k pasar, si la memoria no me falla, un año para volver a usar mi herramienta viril con una chika, o mejor dicho, para k una chika lo use, pork hasta ese momento yo era el úniko usuario de mi herramienta.

Recuerdo esas locas époka y sonrío. Pero la sonrisa desaparece automátikamente al darme cuenta k esas épokas pretéritas están regresando, lentas pero seguras. Los fines de semana están dedikados a reuniones y fiestas no muy infantiles, y aunk el alcohol es controlable, las fiestas suelen durar hasta altas horas de la noche, o tempranas horas de la mañana. Y debido a la edad k tengo y al paupérrimo fisiko k me manejo, el día siguiente se convierte en una madrugada con sol, just sleep, recién en la noche me acuerdo de comer algo.Y los días de semana, laborales ellos, la falta de tiempo para desayunar (y para postear) y una herida de mierda en la boka k no me deja nisikiera mascar un grano de arroz, me limitan a solo tomar aguas y jugos durante el día, teniendo k esperar hasta la noche para regresar a casa y ¿comerme? un arroz con pollo con papa a la huancaína totalmente licuado, pork sólido ¡nooooo paaaaaasa!.

Pero la sonrisa se convierte ya en cara triste y llorona cuando recuerdo k mi abstinencia sexual ya esta por batir récord distrital, provincial, departamental, regional, olímpiko, mundial y universal. No la veo ya hace varios días (tantos k ya son meses. No se burlen), y si sigo así mi ramadán sexual amenaza con seguir alargándose hasta horizontes lejanos e inimaginables.

¡No puede ser, k Alá me agarre confesado!... maldito Ramadán.


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