miércoles, 28 de mayo de 2008

29 de Mayo

Viernes, 29 de Mayo de 1982 (0 años)
Luego de menos de nueve meses de vivir, solo y calientito, en el paraíso, este humilde servidor, para desgracia de muchas, vió la luz. Todos eran felices en kasa. Pero la agonía cumpleañera estaba por empezar. Como diría el F: el anticristo ha llegado señores.

Lunes, 29 de Mayo de 1997 (15 años)
Luego de recibir los regalos de cumpleaños, léase colonias Old Spice, desodorantes Rexona, medias blancas, calzoncillos multicolores, pañuelos k nunca usé, polos baratos y risibles propinas, tokó la hora del desesperante japiverde. (Y akí kiero ser un parentésis, kiero dar mi comentario sobre el maldito japiverde. Ese par de interminables minutos en k las gentes cantan de memoria y te miran fijamente con sonrisa fingida y aplausos desganados son tal vez los minutos más ridículos y vergonzosos k uno tiene k aguantar anualmente. En esos eternos momentos no sabes si reirte, cantar, llorar, gritar, mear, o cagar. Sólo kieres k acabe esa tortura. El japiverde ha dejado un trauma en mí, lo odio.). Luego del cantito ese, agacho mi cabeza velozmente, y cuando estoy a punto de soplar, por no decir escupir, las misias velas de la misia torta, aparece el infaltable e inefable bullanguero, k alarga el protocolo gritando a viva voz k el cumpleañero pida un deseo, yo lo úniko k deseo en ese momento es k lo parta un rayo al malnacido ese. Pero yo, un niño obediente y casi nerd tenía k hacer caso, entonces, maldiciendo en silencio al susodicho o susodicha ser, pido un deseo (Deseo: k a los 26 años sea riko y tenga esposa bonita). "K lindo Danielito, todo un kinceañero", me dicen las tías. "Ya estas grande, todo un hombrecito", y me agarran los cachetes. "¿Cuántas costillas tienes sobrino?, ¡yo a tu edad tenía como cinco!", me dicen los tíos, pendejazos ellos. Las muestras infantiles de cariño no cesan. Los adultos, ingenuos, creen k a esa edad uno aun no sabe los k es un poto o unas tetas, cuando la verdad ya nos vimos toda la temporada de la Serie Rosa, y desde los trece años ya somos onanistas a tiempo completo.

Lunes, 29 de Mayo del 2000 (18 años)
Luego de media docena de Pomalcas rubios, esos de las bolsas de la fuertísima y pajeable Viviana Rivasplata. El anticristo llorón, junto con sus jauría de lobos y lobeznos, va en buska de su presa, de su premio, de su regalo de cumpleaños. Ya es hora de debutar. "Es mi cumpleaños negrita, trátame bonito".

Viernes, 29 de Mayo de 2003 (21 años)
Debido a la ausencia de trabajo remunerado, ese día en mi depa el alcohol se limitaba a un par de cajas de cervezas Doradas, un par de Cartavios Black, y un inalcanzable, apetecible y donado Bacardi, k un primo, panudo él, me había llevado, pero k al final mi madre escondió para k mis amigos, talareños ellos, y yo, no sigamos bañándonos en alcohol. Mi mamá, desde ese día, se convirtió en persona no grata para Talara.

Martes, 29 de Mayo de 2007 (25 años)
El cumpleaños más triste de la historia. Las penas las tenía k ahogar en algo más fuerte k unas simples chelas (el ron y el vodka, a los 25, asesinan), pork las mierdas sabían nadar. Así k del cielo cayó un pisko, y el llorón lo recogió, se lo bebió toditito y bien lindo kedó. Akel peruanísimo y cañetano pisko fue the best gift eva. Gracias a las fotos k nos tomamos con los no muy pokos k aterrizaron en mi kasa pude ensamblar mi memoria, arreglar mi powerpoint, y agradecer a los k llegaron cuando la tele ya se me había apagado.

Jueves, 29 de Mayo de 2008 (26 años)
Hoy es mi cumpleaños. Estoy trabajando como negro para pagar deudas, y tristemente soltero. Pensando en el deseo k pedí en mi cumpleaños número kince. Nosé si reir o llorar. Lo k sí sé es k hoy compraré globos, cotillón, una torta, ventiseis velas, me cantaré el japiverde solito, y, también solito, pediré otro deseo. Espero k sea el último.


Memorias - Daniel F

domingo, 11 de mayo de 2008

Gracias mamá

Una de las razones, y la únika creo, por las que me hubiera encantado ser mujer, y pork la k a veces entiendo a los gays, es por la oportunidad k les da la vida de ser madres. No hay oficio más lindo y conmovedor k la de ser mamá. No hay. No importa si te convertiste en madre al azar (pork fue un momento de pasión desenfrenado, pork hiciste mal los calculos de los días, pork te dijeron la cabezita nomas, pork el enamorado inmaduro, carreta y precoz kiso hacer la del video porno, pork te agarraron despechada y/o borracha, o pork el condón era barato), o, en cambio, producto de un proceso planifikado y bien cuidado. No importan las maneras, y no vamos a discutir la debida aplikación de dichas maneras, sólo diskutiremos los resultados de ellas.

Ser mamá es de putamare, lindísimo, pero la mayoría de hijos nunka nos damos cuenta. Recién abrimos los ojos y nos destapamos el cerebro cuando los sobrinos empiezan a aparecer por docenas, y nos brota la sensibilidad al convertirnos en inexpertos, torpes e inútiles niñeros. O cuando tienes la suerte de meterte en la vida de una madre, y empiezas amar a su hijo como si fuera tuyo. Es ahí recién cuando el rol de ser madre se convierte en algo envidiable para los k nunka podremos serlo.

Ser mamá es ser de todo un poko, desde niñera hasta doctora, pasando por cocinera, lavandera, policía, guachiman, consejera, profesora, cargadora y amadora, sin cobrar sueldo monetario. Pero la mamá es feliz siendo una mil oficios ad honorem y no espera recibir lo mismo, lo hace sólo por el simple y puro amor que siente por sus hijos. Ese sentimiento k no parece de este mundo. Ese amor extraterrestre, incomparable, k nunka se igualará. Es k el amor de madre es simplemente úniko.

Es cierto k la mamás no eligen a sus hijos, ni los hijos elegimos a nuestros mamás. Simplemente nos toka. No es como elegir de kien enamorarte, o elegir k carrera estudiar. De millones de mujeres, una de ellas será tu mamá, tu nunka la elegiste. De millones de espermatozoides, tu tuviste la fortuna de nacer, tus papás no te eligieron. Pero el destino y la suerte los une, o los unirá algun día. Es un amor sin recetas, sin prescripciones. Un ciego amor k funcionará siempre.

Pero, nosotros los hijos, somos unas mierdas. Cuando somos unos desubikados púberes la rebeldía nos inunda. La mamá es nuestra enemiga number one, la indeseable, la fastidiosa, la metiche. En esas epokas los reclamos, sin base, son lanzados con veneno y puntería. "No te metas en mi vida, mamá", solemos gritarles, haciéndolas, a veces, llorar. Cuando la verdad es k nosotros fuimos los conchudos k nos metimos en sus vidas primero, por nosotros ellas sacrifikaron juergas y amigos, por nosotros cambiaron sus vidas, por nosotros dieron su vida, y ellas están felices por ello, y dejarán k nos metamos en sus vidas las veces k keramos. Siempre solemos ser injusto con los k más nos dan, con los k más nos kieren. La irracionalidad y la imbecilidad humana es tal k hasta hacemos llorar a los k nos dieron la vida. Debería haber castigo eterno para akellos delincuentes.

Nunka podré ser mamá, y si mi vida sigue así ni papá seré, pero tengo la suerte de tener a la mejor mamá del planeta tierra y balnearios, y tuve la suerte, un día, de tener a mi lado a las dos mejores mamás del mundo. Y nosé si agradecerle al reencuentro, al destino, a mi papá o a Dios por tremendo regalo, k como hijo, nosé si me lo merezco. Sólo espero algún día devolverle sikiera el 1% de todo lo k hizo por mi, y ojalá k mi mamá esté conmigo cuando ello suceda.

Por eso mami kerida, te digo gracias. Gracias por todo, por las propinas inmerecidas, por los permisos, por los sacrificios, por las discusiones en la k siempre me dabas la razón sin yo tenerla, gracias por las segundas oportunidades, gracias por entender mis decisiones y mis sentimientos, gracias por perdonarme las decepciones y mis borracheras, gracias por aguantar mi terkedad y mis malcriadeces, gracias por levantarme de mi tristeza, gracias por preocuparte por mi y cuidarme aun cuando yo me crea invencible. Gracias por ese amor eterno e incondicional. Gracias por confiar en mi. Gracias por creer en mi. Gracias. Gracias. Gracias. Gracias mamá, por ser mi mamá.

Angelito cantándole a su mamá

lunes, 5 de mayo de 2008

Mil oficios

No soy bankero ni gerente, menos empresario. No trabajo en el estado ni en ninguna empresa transnacional. No gano cifras exorbitantes, como algunos de mi promoción, ni tampoko manejo carros del año, como muchos de mi promoción. Pero me gusta mi trabajo, y me gusta pork, aparte k aprendo, me hacen sentir importante, además pork entro a las diez de la mañana, pork salgo cuando kiera, pork mis almuerzos duran tres horas, pork no uso terno, pork puedo escribir este post mientras trabajo en mi espaciosa oficina (no cubículo, o-f-i-c-i-n-a, ubíkate), pork puedo dormir en esta silla reclinable, pork nadie me ayudó a conseguir esta chamba, pork sufrí millones en conseguirla. Esos millones k me hubiera ahorrado si es k tan sólo hubiera escuchado a mi viejo, en esas épokas de inestabilidad adolescente.

Mi papá siempre me decía, desde k yo era un cachimbo dieciseisañero, k para conseguir un buen trabajo tenía k sacarme la mierda, léase estudiar mucho, sacrifikar juergas y cosas banales, cambiar mis numerosos malos hábitos, y hasta renovar mi catalogo de borrachosos amigos y cariñosas amigas por otros más "responsables y maduros" (sic).

Yo, terko, tapado y contreras as usual, obviamente no le hice caso. Nunka estudié como debí (los onces y los suplikatorios dan fe de ello), los malos hábitos se conservan casi inamovibles, y la renovación de amigos sigue en stand by.

Es así k cuando llegúé, por fin, a los últimos ciclos de la universidad, me di cuenta de la verdad de los sabios consejos de mi padre. Ser el úniko alumno con zandalias, chullo serrano, cara legañosa, sin bañarse, y vistiendo shorts y polos multicolores ya no se veía tan fashion en medio de tantos ternos oscuros, corbatas coloridas, camisas planchaditas y linchecitas, y peinados engominados de mis trabajadores amigos. Ser el úniko desempleado del salón, a esas alturas ya era muy rochoso y vergonzoso.

Así k decidido a no ser la oveja negra de mi promoción universitaria (suficiente con serlo de la familia), me puse mi mameluko de jean y mi kasko de ingeniero, y empezé a mandar currículums casí vacíos y bien risibles a todo el mundo empresarial para lo k sea. El trabajo dignifika, me habían dicho.

Mi primer trabajo fue como encuestador, ya hace varios años. Mi ingenuo y abusivo empleador me contrató para hacer encuestas en las zonas más vapuleadas de Lima, léase conos y el Callao. Mucha veces fuimos, mis amigos encuestadores y yo, robados, correteados, aganzados, asustados, botados, y casi vilipendeados por los cardúmenes de pirañitas k pululaban y pululan por esos lares. No saben cómo extraño mis zapatillas Troops con luces. Choros de mierda.

Cansado de tanto maleteo, pasé, orgullosísimo, a un banco. También era un trabajo de campo en dónde la ¿ventaja? de conocerme Lima desde Casuarinas hasta Carabayllo y tener brevete, me dió la oportunidad de ganar un sueldo jugoso para ser un mediokre estudiante de universidad.

Me aburrí de esa chamba y entré a, tal vez, la peor chamba del planeta, luego del de prostituto. Otro banco me contrató para ser vendedor de tarjetas de crédito, aj aj y aj. No hay mucho k decir, sólo k gracias a mi, varios de mis amigos ahora están en Infocorp. I'm really sorry.

Una empresa estatal, la más grande del país, me salvó la vida. Gracias al nepotismo y corrupción k reina en el gobierno, pude entrar. Fue mi primer trabajo de saco y corbata, el más decente de todos. Practikante del área de Finanzas, nada menos, y bien pagado. Un año despues y diez kilos de más, gracias a la gran vida k me metía con mi añorada, me botaron.

Cuatro meses después y ya egresado de la universidad, una AFP, la más rentable del medio, se apadió de mi estado catatóniko, de mi estado de pobreza económika y espiritual por la k pasaba en ese momento, y me contrató. Me convertí en un amateur Analista de Inversiones, creo k hice kebrar a muchos ancianitos.

Un año despues, y ya en el 2008, después de un merecido descanso laboral por gringolandia, he conseguido un nuevo trabajo. Luego de una ardua buskeda claro está. Ahora soy parte de la PEA activa, créanlo.

¿Kién se iba a imaginar k ese jovenzuelo con ropas estrambótikas k se dormía en absolutamente todas clases del nido, del colegio y de la universidad, ese chiko con una experiencia laboral digna de un mil oficios sin oficio, ese chiko k nunka escuchó los consejos y crítikas constructivas de sus padres, ese chiko k prefiere escribir tonterías en un blog k leer el Gestión o El Comercio, iba conseguir un trabajo tan envidiable por muchos economistas? Yo no, mi viejo menos.